La transformación de los negocios en LATAM

Mucho se puede hablar  de la importancia de la innovación, que en Latinoamérica se depende en demasía de los commodities o materias primas, que las economías y países latinos dependen de los grandes consumidores,  como China, EEUU o Europa y otros aspectos relevantes, lo cierto es que la necesidad de cambiar las estructuras productivas hacia aquellas de mayor valor en LATAM, se está transformando más que una necesidad, en una obligación.

Ya no es posible pensar, cuando en un mundo todo funciona de una manera tan prodigiosa, en donde la sensación del tiempo parece alcanzarnos y vulnerarnos, en un mismo mecanismo de producción y generación de ingresos basados en materias primas.
Es un hecho también, que otra fuente de presión para apuntar a industrias de mayor valor, es la exigencia cada vez más fuerte de la demanda, es cada vez más sofistica, más informada y mucho más inteligente.

Todo evoluciona, desde el consumidor hasta el productor, desde el comprador de un IPod hasta el consumidor de una manzana, que intervenida genéticamente, resulta mucho más dulce que su antecesora, y por todo ésto, Latinoamérica debe si o si, evolucionar hacia industrias de mayor valor agregado.

Por ejemplo, en el caso del cobre chileno, el cual posee propiedades estéticas, conductivas, térmicas, mecánicas, energéticas, ecológicas, antimicrobianas, entre otras. Sin ir más lejos, en febrero de 2008, EPA, Environmental Protection Agency certificó la propiedad antimicrobiana del cobre. EPA aprobó el registro de 282 aleaciones de cobre valorando su propiedad bactericida para uso en superficies de contacto sólidas, con aplicaciones en la industria de la salud. El cobre es el primer metal sobre el cual recae este reconocimiento de la EPA, el cual fue sustentado bajo un extenso trabajo de investigación científica. Adicionalmente, la ICA, International Copper Association, junto con la Copper Development Association Inc. han establecido la marca Antimicrobial Copper (Cu+), la cual garantiza con este sello a los productos antimicrobianos en base a cobre.

En relación a los precios de los commodities, además, ya no es posible apostar por su rentabilidad y tendencia alcista en el largo plazo, Si tomamos el índice global de precios de todos los commodities que elabora el FMI, el nivel de precio más alto se alcanzó en junio de 2008. Como consecuencia de la crisis, hasta febrero del año siguiente el índice perdió casi la mitad de su valor. A partir de entonces se inició un nuevo ciclo que duró hasta abril de 2011, en el cual recuperó prácticamente toda la caída experimentada. Desde este nuevo techo, el índice volvió a caer, aunque en menor medida, y encontró un piso a mediados de 2012. Desde entonces hasta fin de abril de 2013 el índice subió casi un 5%, liderado por el precio del crudo. La evolución del índice esconde la variación de los distintos commodities. Mientras que a fin de abril el crudo estaba un 23% por debajo de los niveles alcanzados en 2008, la soja estaba un 2% por encima. 

En cuanto a las exigencia de nuevos vehículos de inversión, no es la excepción el estado de evolución al que se está enfrentando LATAM, en numerosos países desarrollados, el consumidor y propietario de sus Fondos invertidos durante toda una vida, está casi tan al tanto de las alternativas de inversión como los mismo gestores de inversión y fondos, y conocen con gran exactitud cuales fondos son rentables y cuáles no, de manera que las exigencias para los gestores de fondos también es cada vez mayor.

En suma, desconozco realmente hacia donde se dirigirá la tan ansiada evolución, pero lo que sí es un hecho, es que vamos hacia allá, y no por una cuestión de capricho, sino más bien, por una necesidad latente, de desarrollarnos como países y como Bloque.