La técnica MVST: cómo valorar el atractivo de una emisión de deuda

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Nick Hayes, gestor del AXA IM AXA WF Global Strategic Bonds

El AXA IM AXA WF Global Strategic Bonds es un fondo de renta fija global, sin restricciones y diseñado para aprovechar lo que el gestor considera las mejores oportunidades existentes para conseguir alfa a lo largo del ciclo económico y con independencia de las condiciones imperantes. Nick Hayes, gestor de la estrategia, ejecuta activamente las estrategias básicas de los Alpha Groups especializados en renta fija de AXA IM (deuda pública frente a deuda corporativa, exposición a duración, posicionamiento en la curva, atractivo relativo regional, etc.) sin verse limitado por un índice de referencia y adaptando la cartera dinámicamente en respuesta a los cambios en las condiciones del mercado.

La cartera de este fondo con Sello FundsPeople 2020 por su calificación de Blockbuster combina una asignación de activos estratégica en toda la gama de renta fija de AXA con una selección de títulos individuales de alta convicción.

Para evaluar el atractivo de un bono, o clase de activos en particular, Hayes se basa en su proceso MVST: macro, valoración, sentimiento, factores técnicos. Todos los gestores de fondos de renta fija contribuyen a definir las expectativas generales de los mercados y las estrategias activas participando en Alpha Groups especializados, que son pequeños subequipos divididos por competencias. La fusión de estas aportaciones conforma la estrategia top-down que determina la dirección y la configuración de la cartera para los tres meses siguientes.

A la hora de seleccionar bonos, el equipo de inversión hace un estudio del riesgo de tipos de interés frente al riesgo de crédito antes de sumergirse en las curvas, los sectores, la liquidez, las cláusulas de las emisiones, etc. Para la selección de bonos, se centran en los fundamentales y la valoración (tendencias de los rendimientos, rendimientos reales, atractivo relativo frente a la rentabilidad por dividendo de las acciones, etc.), las perspectivas de las calificaciones crediticias y su impacto en el recorrido al alza.

Además de la asignación activa, otra de las claves de la construcción de la cartera del fondo es la diversificación. “Creemos que es algo más sutil que simplemente tener un gran número de posiciones”, defiende Hayes. “Una diversificación amplia garantiza la exposición a múltiples fuentes potenciales de rentabilidad, reduciendo al mismo tiempo el riesgo total”. Esta diversificación se da tanto en diferentes regiones como en diferentes factores de riesgo (duración, inflación, diferencial y carry). Esto se combina con una selección de títulos rigurosa y de alta convicción para aprovechar el atractivo existente en el mercado de forma eficiente. “El resultado es una cartera que representa las mejores ideas y las convicciones fundamentales de la plataforma de renta fija global de AXA IM”.

Hayes afirma que no ponen un gran énfasis en las posiciones tácticas a muy corto plazo, o en estrategias muy agresivas que ajustan la asignación de activos en función del momento del mercado. “Nuestras estrategias activas generalmente se mantienen durante varios meses o trimestres. No obstante, existen dos niveles de revisión continua (tanto a escala del proceso de inversión global como a escala del fondo) que garantizan la renovación de las estrategias cuando es necesario”, cuenta.

Actualización de la cartera

Al no tener un índice de referencia, han creado un universo de inversión propio basado en sus competencias de gestión de renta fija para dividir el universo de la renta fija de una forma singular de acuerdo con la sensibilidad relativa de las diferentes clases de bonos ante los riesgos de tipos de interés y de crédito. Su marco de inversión está formado por tres estratos de riesgo (defensivo/intermedio/agresivo) que constituyen la base de la construcción de la cartera del fondo.  El fondo también integra totalmente factores ESG, que están incorporados en el análisis.

En el estrato defensivo (que puede ir del 0 al 100%) engloban todos los bonos en los que el factor determinante es la sensibilidad a los tipos de interés. El estrato intermedio (del 0 al 60%) reúne los bonos donde influyen la sensibilidad a los tipos de interés y a los diferenciales de crédito (p. ej., deuda pública española e italiana a la vista de las condiciones actuales del mercado y la deuda corporativa de alta calidad crediticia o investment grade). Por último, en el estrato agresivo (también del 0 al 60%) incluyen bonos cuya rentabilidad viene determinada principalmente por los diferenciales de crédito, es decir, los bonos de alto rendimiento o la deuda de los mercados emergentes.

Así, a cierre de marzo, la cartera tiene una duración de 5,05 años y está muy orientada hacia la deuda pública de alta calidad. El el 53,3% se mantiene actualmente en el estrato de riesgo defensivo (liquidez, deuda pública de EE.UU. y de los países centrales europeos, así como bonos indexados a la inflación). “Es el porcentaje más alto que hemos tenido nunca en el estrato defensivo”, cuenta Hayes.

Por el contrario, la asignación a bonos corporativos de alta calidad crediticia está en mínimos históricos, con un peso de tan solo el 20,3% en el estrato intermedio.

Por último, son cautos y selectivos en determinados activos que se encuentran en puntos más alejados en la curva de crédito. Por ello el estrato agresivo supone el 26,3% de la cartera. También tienen una exposición del -34,4% en derivados (futuros sobre deuda pública y CDS), que utilizan de forma táctica para proteger el fondo frente a la volatilidad.