La salida de Paramés de Bestinver: la versión del gurú, en su libro

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Desde su salida de Bestinver en septiembre de 2014, un halo de desconcierto ha rodeado a Francisco García Paramés. Muchos inversores y profesionales de la inversión no entendieron ni los motivos ni las formas que le alejaron de la gestora propiedad de Acciona. Ahora, sin embargo, el propio gestor pone algo de certeza a su marcha en el libro Invirtiendo a Largo Plazo, presentado ayer y editado por Deusto.

De forma involuntaria, su decisión en 2013 de pasar junto a su familia dos años en Londres inició un conflicto que se cerró con su salida de Bestinver en septiembre de 2014. Las razones originales que le llevaron a Londres fueron “puramente familiares”, esto es “tener la experiencia de vivir fuera de España y exponer a nuestros hijos a la educación en lengua inglesa”. Como afirma, “no había dudas de que, con las nuevas tecnologías, se podía trabajar eficazmente desde cualquier lugar del mundo, al menos como gestor de fondos”. Pero en Acciona surgieron “algunos problemas” con su partida.

El verano de 2013 fue clave. Su pensamiento en aquel momento pasaba por que en un negocio como la gestión de fondos de inversión que él y su equipo realizaban, “que es casi artesanal, los gestores deben tener el control de la gestión de la empresa, no sólo de la gestión de las inversiones”. Así, durante un año, hasta el verano de 2014, intentó buscar “el acomodo” de su decisión con Bestinver y Acciona, ya que “les debía la comprensión y el apoyo incondicional recibidos durante 25 años”.

En conjunto, barajaron varias opciones: tomar una participación de control en la compañía, diluir el poder de decisión de la matriz mediante la entrada de un tercer socio, realizar una separación amistosa y algunas otras. Pero no se llegó a buen puerto. “El proceso fue muy lento, pues la contraparte no tenía muchas ganas de cambiar el statu quo, lógicamente, y después de 15 meses sin encontrar un punto de encuentro, el cansancio y la frustración cundieron, y no me quedó más remedio que anunciar mi marcha”, justifica en su libro Paramés.

La transición

Su salida efectiva de Bestinver fue más “brusca” de lo que el propio gurú imaginaba y deseaba. “Mi objetivo fue que los clientes tuvieran una transición sin complicaciones, pudiendo elegir lo que consideraran más conveniente. Pero esto no pudo ser: mi marcha se anunció muy bruscamente, y el error fue en buena parte mío”, aclara, dado que “pensaba que podría trabajar en breve, de una forma u otra, y que mi salida no sería un problema, pero me equivoqué”. Lo que vino después es bien sabido por toda la comunidad inversora: la cláusula anticompetencia de su contrato le impedía trabajar en la gestión de activos durante dos años, un plazo que ha cumplido estrictamente debido a su “fuerte tendencia a evitar la confrontación”.

Otro error fue pensar que el canon a pagar si decidía trabajar aumentaba si permanecía de septiembre a diciembre de 2014, y “esto fue quizás el detonante para presentar la dimisión en ese preciso momento”. De haber sabido que tal interpretación era incorrecta, habría anunciado en septiembre que continuaría hasta final de año, momento en que hubiera salido definitivamente, recoge en su libro. En general, resume Paramés, “errores míos y silencio por la otra parte, que ya no contestaba a mis propuestas últimas”.

El gestor español se asombró, además, de la actitud de Bestinver en tan importante gestión de la salida de un director general de Inversiones. “Incomprensiblemente, tampoco aceptó mi oferta para colaborar durante una transición ordenada, pero gracias al esfuerzo combinado de Álvaro [Guzmán de Lázaro], Fernando [Bernad] y Beltrán de la Lastra, mi sustituto, y a la fortaleza de la cartera, todo aquel que hizo caso a mi recomendación de mantener sus ahorros en Bestinver y no tomar decisiones precipitadas, ha obtenido unos resultados razonables durante estos dos años”.