La reforma de los fondos monetarios, en manos de la Reserva Federal y el Tesoro

Este movimiento desde la SEC se produce después de que tres de sus comisionados, que constituyen la mayoría de la Comisión, le comunicaran a Schapiro su decisión de no apoyar la reforma. La propuesta para aumentar la seguridad de los fondos monetarios pondrá a prueba la resolución de la Reserva Federal y del Tesoro para evitar otra crisis financiera en una industria de 2,6 billones de dólares y que ha presionado con éxito para evitar una mayor regulación por parte de la SEC, tal y como explica Mutual Fund.

Los citados fondos, que suponen una alternativa de inversión fuera de las cuentas bancarias de particulares y empresas, recogen los excedente de las tesorerías de las empresas para colocarlos a corto plazo, dando fluidez al funcionamiento de los mercados financieros.

Tras conocerse la falta de apoyo de los comisionados de la SEC, Schapiro, apuntaba en un comunicado que el tema es demasiado importante para la economía y los contribuyentes estadounidenses, por lo que no se puede “esconder la cabeza".  Asimismo, subrayaba que dado que la SEC ya no podría actuar a favor de una reforma serían otros legisladores, en alusión a la Reserva Federal y el Tesoro, los que “podrán tomar esto en cuenta a la hora de decidir los pasos que deberían acometerse para abordar el asunto”.

La propuesta de Schapiro habría obligado a los fondos a establecer un colchón de capital contra pérdidas o a que sus acciones fluctuaran como fondos mutuos regulares en vez de ser fijados a un dólar la acción. Los partidarios de la propuesta defienden que de llevarse a cabo podría reducir el pánico en una situación de crisis como la de 2008.

Sin embargo, la fuerte presión contra la propuesta de Schapiro se ha dejado sentir durante todo el verano, en el que gestores de fondos, tal y como explica The New York Times, como Fidelity, Vanguard y Charles Schwab han sostenido que los fondos están a salvo de huidas de capital después de que en 2010 la SEC les obligara a mantener activos más seguros y proporcionar más información a los inversores. Por el contrario, éstos sostienen que los nuevos cambios podrían llevar a muchos inversores a salir de los fondos.

El siguiente paso obvio, según subraya el rotativo, sería que un consejo de reguladores superiores, el denominado Consejo de Supervisión de Estabilidad Financiera, nacido tras el colapso y el rescate de AIG en 2008, votara para designar el mercado de fondos monetarios como de importancia sistemática, lo que allanaría el camino para una regulación más estricta.