La profesionalidad de la industria de inversión colectiva y las recomendaciones de la CNMV se aúnan para asegurar un trato equitativo de los partícipes

rocio abalo jorge ferrer
cedida

TRIBUNA de Rocío Abalo, directora general de AfinCompliance, y Jorge Ferrer, socio de finReg360.

El importante ajuste que sufrieron los mercados la semana pasada, como consecuencia de esta situación tan extraordinaria en la que nos encontramos, acarreó una notable disminución de los valores liquidativos de las instituciones de inversión colectiva, especialmente en determinados fondos de renta variable y value, en los que llegaron a caer hasta un 20 %.

No obstante, esta semana se ha visto un movimiento alcista de los mercados, que ojalá confirme el cambio de tendencia, derivado posiblemente de la paulatina extensión de las medidas de confinamiento en la mayoría de los territorios (siguiendo el ejemplo de Wuhan, China), a la disminución de casos en aquella jurisdicción y a los incentivos anunciados por muchas instituciones para combatir los efectos de esta crisis en la economía mundial, entre ellos, el acuerdo en el Congreso estadounidense para un nuevo plan de estímulos. Y gracias desde luego al ímprobo esfuerzo de todos (en especial, el sector sanitario, los cuerpos policiales, el ejército, los supermercados y tiendas de alimentación, y también a la sociedad en general y a los profesionales de esta industria tan denostada).

Las cotizaciones actuales del mercado no reflejan las valoraciones reales de las compañías, sino la incertidumbre ante una situación de efectos desconocidos en la historia reciente. En esto coincidimos con muchos de los expertos que han venido explicando esta circunstancia en artículos, entrevistas o cartas a inversores.

En este contexto, hay que destacar el buen comportamiento que, pese a las adversas circunstancias, están demostrando los fondos de inversión.

Ello se debe, en primer lugar, a la industria financiera, que desempeña un papel fundamental para canalizar el ahorro privado a las empresas y que, al igual que otros sectores que reciben mucho menos reconocimiento del que merecen, llevan semanas trabajando sin descanso para explicar a sus clientes la situación actual, con el convencimiento de que el mercado evolucionará como una V o una U.  

En segundo lugar, es gracias a los partícipes, que están manteniendo la calma, sin provocar una salida significativa de capitales, pese al temor por las extraordinarias circunstancias. Y es que, tras los esfuerzos de la industria y las autoridades por reforzar los procedimientos de perfilación de clientes, debemos estar contentos porque los inversores conocen y aceptan mejor los riesgos del mercado y están demostrando con su comportamiento que comprenden que el mantenimiento de sus posiciones produce una mayor estabilidad en su rentabilidad.

En tercer lugar, a la robustez de los sistemas de control y gestión de riesgos de las sociedades gestoras, que les permiten enfrentarse mejor a situaciones adversas como la actual.

Y, por último, a la labor de supervisión que la CNMV desarrolla, adaptándose con rapidez y con recursos limitados a las circunstancias y apoyando a las entidades para proteger a sus participes y a ellas mismas en el contexto actual.

Es importante recordar, como ha venido haciendo la propia Comisión, que, en esta situación, las entidades deben extremar las medidas de control para garantizar un trato equitativo entre partícipes, en especial ante la posibilidad de reembolsos significativos. Si estos se producen, las entidades deben asegurarse de deshacer las carteras bajo el principio de venta proporcional de activos líquidos e ilíquidos. En estos casos, si se llegaran a materializar ventas de posiciones a precios significativamente inferiores a los de la valoración de la cartera, las entidades deben realizar los ajustes necesarios en el valor liquidativo para repercutir a los partícipes que reembolsan los costes de deshacer las posiciones de la cartera, de forma que no se perjudique a los partícipes que se mantienen en el fondo.

En esta situación es importante, tal y como viene recordando la Comisión, que las sociedades gestoras revisen la metodología de valoración de los activos, a fin de garantizar que las valoraciones aplicadas sean siempre representativas de la situación del mercado en cada momento. Así, se deben reforzar los controles y la trazabilidad para verificar los precios, de manera que las valoraciones reflejen los niveles a los que se podrían ejecutar las operaciones en el mercado, apoyándose para ello en los departamentos de gestión. Esto es de especial importancia cuando se mantengan posiciones en activos valorados mediante precios teóricos (tanto de crédito, como de liquidez) o posiciones valoradas a precios medios, porque es recomendable que se analice el efecto de valorar las carteras de sus instituciones a precios de compra (en el supuesto de entradas netas) o de venta (en caso de reembolsos netos), para incorporar estas metodologías más conservadoras.

Por último, conviene recordar que las entidades disponen de otras herramientas amparadas por la normativa y que se han utilizado con éxito en otras crisis. Entre ellas:

  • la aplicación de los plazos de preaviso previstos en el folleto de cada fondo, si están contemplados, para evitar ventas forzadas de activos;
  • la aplicación de suscripciones y reembolsos parciales, o
  • llegado el caso, la constitución de side-pockets o la suspensión temporal de suscripciones y reembolsos (durante el tiempo necesario para la venta ordenada de los activos).

En definitiva, y a pesar de las desgraciadas circunstancias actuales, en las que muchos nos encontramos con familiares y conocidos afectados por esta horrible enfermedad, alejados de ellos y del resto de la sociedad, cabe felicitarse por el ejemplo que está dando el sector (sí, también el financiero) al atender una crisis sin precedentes con enorme profesionalidad y en una situación tan excepcional. Es también justo reconocerlo y aplaudirlo. Gracias a todos: a las entidades, a los inversores, a las instituciones, a las autoridades supervisoras y a la sociedad y empresas en general. Saldremos reforzados.