La maniobra de Boris Johnson para cerrar el Parlamento aviva el miedo de que haya un Brexit sin acuerdo

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La mini tregua de la que han disfrutado los inversores en los últimos días al calor de una leve distensión en lo que respecta a la guerra comercial se ha visto interrumpida hace unas horas tras publicar la BBC la intención del primer ministro británico Boris Johnson de suspender el Parlamento con la intención de evitar que proliferaran las negociaciones de la oposición para intentar frenar la posibilidad de que se produjera un Brexit sin acuerdo (hard Brexit).

La noticia fue confirmada minutos después por Downing Street, que publicó la carta a la reina firmada por el primer ministro pidiendo que suspenda el Parlamento en septiembre hasta el próximo 14 de octubre. "Necesitamos sacar adelante una ambiciosa agenda legislativa", ha explicado Johnson en la carta. Este calendario deja apenas quince días a los parlamentarios para presentar, como tenían previsto hacer durante septiembre, enmiendas legislativas que lograran frenar la materialización de un Brexit sin acuerdo, una posibilidad que crece ahora tras la última maniobra llevada a cabo por Johnson.

Y, como era de esperar, el mercado no ha tardado en reaccionar. La libra ha vuelto a ser la gran protagonista y ha llegado a caer hasta un 1% tanto contra el euro como contra el dólar, y es previsible que esa volatilidad se mantenga hasta que esclarezca la forma en la que el Reino Unido abandonará la unión Europea.

“La libra esterlina es un barómetro clave de la incertidumbre del Brexit: cuanto más débil es el entorno político del Reino Unido y más débil es el libra, y viceversa. Una apreciación estructural de la libra, que consideramos infravalorada, requiere más claridad y una decisión benigna en la discusión sobre el Brexit”, afirma Ann-Katrin Petersen, estratega de inversión de Allianz Global Investors .

De hecho, según explica Olivia Álvarez, analista de Monex Europa, “otros dos escenarios pueden surgir de este episodio. Por una parte, al mostrar un camino “ibre de obstáculos hacia un Brexit unilateral, el Reino Unido endurece su postura negociadora frente a la Unión Europea, forzando a Bruselas a conceder demandas claves para el acuerdo como último recurso para evitar un divorcio caótico. Por otra, el bloqueo parlamentario podría generar una crisis constitucional en el país, incrementando la presión para unas posibles elecciones generales. En cualquiera de las formas que se desarrollen los eventos, la volatilidad de la libra esterlina estará en el tiro al blanco”. No en vano, la decisión de Johnson ha despertado no pocas críticas entre los políticos británicos, entre ellos el presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow que ha tachado la maniobra de “atropello constitucional”, o del líder de la opción, Jeremy Corbyn que la ha calificado en redes sociales como “un ultraje y una amenaza para nuestra democracia”.

La fuerte caída de la libra no ha encontrado su réplica en el principal índice británico, el Ftse 100, que incluso ha llegado a cotizar en positivo en algunos momentos de la sesión. Al fin y al cabo, un Brexit duro no tendría que ser necesariamente negativo para el mercado de acciones británico o al menos no para todos los valores.  “Sin duda, la agitación social sería fuerte. Una vez más, los títulos con exposición doméstica serían los más afectados por las ventas, mientras que las empresas con sesgo internacional y defensivas probablemente se comportarían mejor”, afirman desde Aberdeen Standard Investments.

Además, queda por ver si el Banco de Inglaterra toma alguna medida qque pueda paliar los efectos en el mercado que pudiera tener un Brexit sin acuerdo. A este respecto, Azad Zangana, estratega senior para Europa de Schroders, recordaba recientemente la posibilidad de que el Banco de Inglaterra (BoE) se viera obligado a cambiar sus planes de avanzar hacia una normalización monetaria si el divorcio entre Reino Unido y la UE acaba de forma abrupta. “En un escenario sin acuerdo, esperamos que el Banco reduzca los tipos de interés hasta casi cero. Esperaría hasta que los datos empeoren primero para evitar acusaciones de causar pánico, pero finalmente intervendría para apoyar la demanda, afirma.