La inversión en ISR aporta valor a los planes de pensiones

Aunque aún se necesita tiempo para valorar la influencia positiva de la ISR en los fondos de pensiones, los estudios coinciden en que la incorporación de criterios socialmente responsables no destruye valor económico. Éste es el mensaje de los ponentes del 5º Foro de Grandes Fondos de Pensiones de Empleo organizado por Mercer. Así, Vicente Hernández, presidente de la Comisión de Control de los planes de pensiones de BBVA, recordó que “la ISR reduce el riesgo, protege la reputación de la compañía y aporta más control y seguridad sobre las inversiones sin sacrificar rentabilidad”, con lo que la incorporación de sus criterios es “una responsabilidad de los planes de pensiones”.

Según Hernández, hay síntomas de cambio, aunque el desarrollo es muy lento. Lo avalan los datos que presentó Luis Vadillo, responsable en Madrid del área de inversiones de Mercer, pues sólo seis fondos y tres gestoras han firmado los PRI o principios de responsabilidad de la ONU: el fondo de empleo de BBVA, el fondo de pensiones de empleados de La Caixa, Bancaja, Caja Sol, Unidat Cyclops e Iberdrola, así como las gestoras de pensiones de BBVA, Caser Pensiones y Vida Caixa. Los avances, además de ampliar los firmantes, dependen del desarrollo progresivo de los seis puntos que establece la ONU sobre política de inversión, procedimiento de voto, rendición de cuentas, regulación para la provisión de servicios, mayor colaboración y más redes, así como transparencia.

“Tratamos de conseguir un mundo mejor desde el punto de vista financiero y no podemos fallar”, aseguró Antoni Canals, presidente de la Comisión de Control del plan de pensiones de La Caixa. De hecho, en la entidad contemplan un plan de acción a tres años (2009-2011) para incorporar progresivamente la ISR. “Nuestra inversión en todo lo que no sea renta fija es indirecta, pero lo que sí hacemos en seleccionar gestores que incorporan criterios responsables”, explica. De hecho, cree que las cuestiones sociales y de gobierno corporativo son claves para la rentabilidad, pues se refleja en la valoración de las compañías y aumenta el atractivo de inversión. Canals dice sentir una “satisfacción moderada” por el plus de rentabilidad que aporta la ISR, pues su cartera de renta variable responsable ganó el 3,99% en tres años frente a la caída del 0,34% del resto, aunque el índice de ISR cayó el 0,52%. “No importa sacrificar el 0,15% anual si es por un subyacente como éste”, asegura, aunque en la gestión pasiva, el ETF sobre el índice DJ Susteinability World batió al resto de índices en el periodo, incluido el MSCI World.

“La ISR es extensible a todos los activos y tiene un enfoque integral”, recordó Aleix Olegario, consultor del área de inversiones de Mercer, que puso de manifiesto que sólo el 10% de gestores mundiales tienen una buena calificación por parte de la compañía.

Con respecto a las últimas medidas tomadas por el Gobierno sobre las pensiones, Hernández se mostró contrario a elevar la edad de jubilación, mientras Canals considera que la ampliación del periodo de cálculo de las pensiones no tiene por qué ser negativa. El problema está en la longevidad, pues “si la población está dispuesta a morirse cuando dicen las estadísticas, no habrá problema pero si no lo hacen habrá que aumentar las contribuciones al sistema o hacer algo con las pensiones”, asegura. Además, considera que todas las empresas deberían tener fondos de pensiones de empleo como complemento a la actividad productiva para aliviar la carga de la sociedad, a través de fondos de pensiones privados.

Con respecto a las diferencias en la gestión de los planes de pensiones, el mundo anglosajón obtiene más rentabilidad de la inversión en renta variable, mientras en España el principal generador de retornos es la renta fija, que capta el 65% de las inversiones, según los datos de una encuesta presentada por Tom Geragthy, socio mundial y responsable de inversiones de Mercer. Además, Europa es la región donde los contribuyentes consideran en mayor medida la posibilidad de reducir o suspender sus contribuciones. Entre los mayores problemas figuran las altas comisiones de gestión de inversiones y la falta de información.