“La independencia es una atalaya desde donde juzgar de forma aséptica cualquier producto”

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Joel Filipe (Unsplash)

Juan Esquer, socio de GBS Finanzas Family Office, cree en la capacidad que tiene el mundo para adaptarse a los cambios, gracias a los ejemplos que ofrece el pasado. Ahora, la alternativa sería un colapso financiero y una vuelta al trueque, y eso a nadie le interesa. “El mundo ya ha salido de muchos problemas con transformaciones y cambios, más o menos pronunciados”, afirma. Por ello descarta un colapso de la eurozona y afirma que, en este “valle de mercado”, lo mejor es aprovechar las oportunidades de compra. Esquer es socio de GBS Finanzas Family Office, un multifamily office con formato de agencia de valores y capacidad para realizar tanto tareas de gestión discrecional como de asesoramiento y con más de 40 familias entre sus clientes, parte de ellas foráneas.

 

Los grandes pilares de la gestión de GBS Finanzas Family Office son la independencia, la creencia en sus recomendaciones de inversión -tomando como punto de partida que sus socios también invierten en ellas-, la arquitectura abierta, una atención personalizada y la preservación de capital . “No tenemos producto propio y por lo tanto, tampoco conflicto de interés”, explica Esquer. Esa ausencia de interés en vender o colocar determinados productos hace que su actividad consista en escrutar el mundo financiero y encontrar para cada activo, desde los monetarios hasta el capital riesgo, el mejor producto que encaje con el perfil del cliente.

 

“La independencia te ofrece una atalaya desde donde juzgar cuantitativa y cualitativamente y también de forma aséptica cualquier producto y tomar decisiones en función de la rentabilidad, el track record, los costes u otras características”, afirma. GBS Finanzas no es depositario de los fondos de sus clientes y trabaja con más de una veintena de bancos a nivel global para asegurar un sistema de arquitectura abierta. También ofrece contratos trimestrales con sus clientes, rescindibles unilateralmente, lo que les obliga a “añadir valor “de forma continuada.

 

Modelo anglosajón, aunque con dificultades
En su sistema de pago, devuelven todas las retrocesiones a sus clientes, de los que cobran exclusivamente. Con respecto al nuevo sistema de cobro que impondrá MiFid II, Esquer afirma que “mejor cuanto más claro esté todo”, si bien reconoce que la estructura española es muy distinta a la del mundo anglosajón y que el cambio será “difícil”, en la medida en que “los inversores están acostumbrados a tener la sensación de que no pagan nada por el asesoramiento bancario, aunque lo pagan implícitamente”. Pero Esquer confía en que “finalmente tendremos en España y Europa un modelo claro, sencillo y transparente”.

 

De ahí su apoyo a la figura de la EAFI, pero no a cualquier modelo. El experto se decanta por aquel que se desmarque claramente de la figura de agente bancario. “El mejor modelo es el definido por una entidad que trabaje con varios bancos para asegurar un sistema de arquitectura abierta y que cobre del cliente. Pero además, que tenga un importante volumen de negocio que asegure una capacidad para negociar con los bancos en mejores condiciones, como inversores institucionales. Por eso el mejor modelo es el nuestro, imbatible porque huye de los conflictos de interés”, afirma.

 

Trajes a medida y apuesta por la renta fija
La entidad ofrece un servicio personalizado, elaborando “trajes a medida” para cada familia. Con todo, se define como una firma “bastante conservadora” con el claro objetivo de preservar capital, pues a menudo gestionan el patrimonio que pasa de generación en generación. “Miramos mucho dónde ponemos el dinero y no queremos sustos. No daremos el 20-30% de rentabilidad cada año, pero tratamos de no perder, tomando decisiones con sentido común”. De hecho, considera que si ofrece a sus clientes rentabilidades de entre el 5% y el 8% anual, estarán satisfechos.

 

Para preservar el capital, sus carteras apuestan principalmente por renta fija, que ocupa entre el 60% y el 70% de las mismas sobre todo deuda corporativa, con nombres de calidad. Con todo, Esquer considera que los tipos de interés cercanos a cero y la gran cantidad de liquidez generada están impulsando la inversión en activos de riesgo, de ahí que tenga el restante 30%-40% en bolsa. “Las autoridades monetarias están apostando por esas políticas, pues con el rebote bursátil se generará un efecto riqueza que incentivará el consumo”, asegura. Lo que garantiza que, en caso de rebote bursátil, se beneficie del mismo, tanto a través de la renta variable como del estrechamiento de diferenciales en sus posiciones de renta fija, además de seguir captando el cupón de los bonos.

 

Sus carteras apenas invierten actualmente en deuda pública: no tienen bonos alemanes ni bonos del Tesoro estadounidense, pero sí algo de deuda gubernamental de España e Italia. También son cautos con el sector financiero, y los nombres bancarios son muy escasos en sus portfolios, donde ningún nombre tiene un peso superior al 5%. También hay algunos depósitos pero en láminas de 100.000 euros para asegurar la protección en caso de problemas, si bien no hay materias primas actualmente. “Quizá nos equivocamos al no invertir en oro, pero no hacemos trading con las commodities”, explica Esquer.

 

GBS Finanzas realiza un análisis macroeconómico, el asset allocation y labores de selección de valores, lo que le permite invertir de forma directa en algunos casos, si bien también utilizan fondos de inversión cuando algo queda lejos de su alcance (como valores emergentes) o si consideran que un fondo es muy atractivo. “Lo que nos importa es encontrar los mejores gestores en cualquier tipo de producto”, afirma, explicando que huyen de “temas más opacos” como el retorno absoluto, los hedge funds o los productos estructurados. “No han funcionado muy bien en términos de rentabilidad y además para nosotros es importante estar cerca del gestor y ver sus posiciones a diario y a veces es complicado en esos fondos”, afirma, poniendo como ejemplo los fallos del sistema VaR.

 

Optimismo cauto
Con respecto a su visión macroeconómica, Esquer se muestra positivo con el crecimiento emergente si bien advierte de la volatilidad de estos mercados. Y con respecto a la situación económica mundial critica el negativismo que dejan entrever gestores y medios de comunicación; los primeros, movidos a veces “por intereses bajistas y con la intención de hacer futuras compras a precios más baratos”. “Si de verdad nos caemos todo irá a pique y habrá una vuelta al trueque. Hace meses esas existían esas dudas, el pánico es libre, pero ni Europa ni los políticos pueden permitirse una ruptura de la eurozona y del euro que haría peligrar sus propios puestos de trabajo y áreas de poder”, explica.

 

Para Esquer, nos encontramos en lo que llama “un valle de mercado” que invita a las compras para carteras con una visión largoplacista. “Muchos venden ahora y nunca se recuperarán de las pérdidas”, dice. Para controlar el pánico, en GBS Finanzas reconocen que pueden llegar a rebajar su exposición al mercado utilizando derivados pero después vuelven a incrementarla cuando la situación mejora y, en todo caso, tranquilizan a sus clientes, pues los activos en los que invierten son altamente líquidos.

 

Impacto de la fiscalidad
Con respecto al impacto de la nueva fiscalidad, Esquer considera que en principio será positiva para los fondos, y por ello están mudando las carteras de las personas físicas hacia esos vehículos, a la espera de ver qué pasa dentro de dos años. Eso sí, afirma que hay clientes que también viven de las rentas y tienen necesidad de ellas y que, en esos casos, sus carteras no cambiarán, pues el inversor acepta esa mayor tributación.