La implementación de prácticas ISR: Las estratégias de implicación accionarial

       Un participe de un fondo de inversión o de un fondo de pensiones no puede ejercer sus derechos directamente en las empresas en las que el fondo invierte. Al igual que en cualquier otro producto de inversión colectiva, es la Sociedad Gestora la que debe ejercer este derecho en beneficio de los partícipes y beneficiarios. Por lo tanto, son las sociedades de gestión las que ejercen los derechos de voto y si es necesario inician un proceso de diálogo con las empresas de las que tienen acciones para alentarlas a cambiar su comportamiento, en aquellos casos en los que se haya detectado algún riesgo Ambiental, Social y de Gobierno Corporativo (en adelante ASG).

     Las estrategias de implicación accionarial (engagement-compromiso y voto) son las de menor penetración entre las gestoras españolas y por lo tanto a las que un menor número de recursos se dedican. Esta situación difiere y mucho de la situación Europea donde la implicación accionarial es una estrategia relativamente estandarizada. Así, el número de inversores que establecen un dialogo activo con las empresas en sus carteras supera al número de inversores que incorporan criterios de exclusión en la gestión de activos. Esta situación es especialmente cierta para aquellas entidades que son firmantes de UNPRI (Principios para la Inversión Responsable de Naciones Unidas), ya que incorporan estrategias de implicación en un 78% frente a aquellas entidades no firmantes con un 51%.

 

La implementación de estrategias de implicación accionarial y más concretamente el engagement, requiere un elevado número de recursos económicos (ya que son estrategias que requieren el uso de proveedores de servicios externos: información ASG, así como servicios de engagement cuya externalización completa cuesta entre 60.000 – 90.000 EUR anuales (para un universo de inversión que incluya el índice de referencia MSCI World completo). Ante esta situación, gestoras con recursos limitados tienen la opción de internalizar las labores de engagement y asignar los recursos humanos necesarios para establecer un dialogo activo con aquellas empresas en cartera. En este caso, el uso de información ASG permite identificar aquellas empresas y aquellos temas ASG donde el diálogo activo es una herramienta útil desde la perspectiva de creación de valor a largo a plazo. La otra opción que tienen es utilizar las plataformas de engagement colaborativos, como el proporcionado por Clearinghouse (Dirección: http://www.unpri.org/areas-of-work/clearinghouse/) y en el que los firmantes tienen la posibilidad de participar. En este caso, los inversores tienen la posibilidad de compartir tareas, recursos, experiencia y capacidades para aumentar el porcentaje de éxito. Esta fórmula de trabajo permite aumentar el impacto y el número de engagements con empresas en cartera  y reducir los costes.

         En el caso de los proveedores de servicios de voto, los costes son principalmente en función del número de empresas sobre las que se quiere ejercer el derecho a voto en la junta general de accionistas.  En el caso de utilizar proveedores de servicios de voto, las gestoras no tienen prácticamente ningún coste de personal ya que estas entidades ofrecen a las gestoras una total externalización de esta estrategia Inversión Socialmente Responsable (en adelante ISR). Es fundamental sin embargo el desarrollar una política de inversión ISR que incluya detalladamente cual es la intención de voto de la entidad de acuerdo a las distintas áreas ASG (y principalmente gobierno corporativo) en los que se llevará a cabo una participación activa en las juntas de accionistas. De esta manera los proveedores de servicios de voto son capaces de integrar e implementar la política de voto ISR de acuerdo a los principios definidos. Existen alternativas con costes significativamente inferiores a los asociados como la Organización Sindical Internacional Committee of Workers’ Capital (CWC) que ofrece soporte en materia ISR a las comisiones de control de fondos de pensiones internacionales. Una de las líneas de trabajo del CWC es la de canalizar iniciativas de implicación accionarial, tanto el área de engagement como en el de voto. El CWC realiza estudios de investigación, coordina iniciativas de propietarios de activos en los distintos ámbitos de la ASG y fomenta la práctica de estrategias de implicación accionarial entre las comisiones de control. La CWC publica anualmente un estudio sobre el voto delegado. En 2013, el estudio recoge información sobre recomendaciones de voto clave de empresas australianas, canadienses, españolas, norteamericanas, holandesas, inglesas, sudafricanas y suizas.

            Mirova, con más de 30 años de experiencia y que es la Nº1 en Francia con fondos  de pensiones con filosofía ISR, es la gestora filial de Natixis Asset Management, dedicada a la Inversión Responsable  (Ambas pertenecen al grupo bancario francés GROUPE BPCE) ha sido elegida como mejor sociedad gestora de ISR en 2014, por Thomson Reuters y la asociación británica de finanzas e inversión sostenible. El enfoque de Mirova (que cuenta con un equipo de 11 analistas con gran experiencia en voto, engagement y gobierno), en relación al ejercicio de la responsabilidad de sus accionistas con la ayuda de expertos en gobierno corporativo y compromiso se concreta en un asesoramiento con las siguientes características: Pragmática: análisis desde la perspectiva del inversor, teniendo en cuenta el contexto macroeconómico, las características concretas del entorno local y de las empresas(38,3 mil millones activos bajo asesoramiento), Responsable: evaluación de las resoluciones que integren criterios medioambientales y sociales (16.000 resoluciones en 2013) y Constructiva: diálogo permanente con las empresas (compromiso con 110 empresas en 2013).

         El Ártico parece hoy ser la última frontera para las compañías petroleras. Sin embargo, la zona sigue siendo un reto importante a nivel operativo, ambiental y político. Estos factores y la falta de transparencia de las empresas en relación al nivel de riesgo que suponen los petroleros a las regiones locales, crea la duda sobre la rentabilidad económica de los proyectos. Estas circunstancias les piden a los inversores comprometerse con las empresas para definir cuál es el enfoque de gestión de riesgos en relación con los riesgos ambientales, sociales y políticos de la exploración del Ártico y la gobernabilidad de estos riesgos y sobre la viabilidad económica de estos proyectos. Mirova frente a estos retos del Ártico, respondió haciendo lo siguiente: reunió en una conferencia a inversores con las ONG (Greenpeace, ShareAction, Plataforma Londres) y Natixis AM para aumentar la conciencia sobre el tema, publicó un estudio en profundidad sobre los riesgos de la exploración ártica, presentó una iniciativa de compromiso a inversores institucionales franceses, redactó una carta de compromiso para las empresas objetivo, envió una carta de compromiso a las empresas involucradas en la exploración del Ártico e inició el diálogo con ellas mediante reuniones cara a cara para obtener una mejor comprensión de las prácticas de las empresas.

       Si sigue creciendo esta tendencia de aplicar cada vez más las prácticas ISR mediante estrategias de implicación accionarial, es de esperar que el número total de empresas analizadas y sobre las que se proporcionen recomendaciones de voto aumente con el tiempo a medida que aumenta el grado de aceptación de esta iniciativa global y también aumente el número de socios (organizaciones) que proporcionan los análisis en las distintas zonas geografías del planeta. Así los inversores de vehículos institucionales, podrán influir con su voto sobre las empresas donde finalmente está invertido su dinero.