“La idea de que hay exceso de deuda y falta de ahorro es absurda”

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Cedida por UBS

“La conclusión general es que existe un exceso de deuda y una falta de ahorro, pero se trata de una idea absurda”. Así de tajantes se muestran Joshua McCallum y Gianluca Moretti, de UBS Global AM, en la última edición de su informe Economist Insights. “La deuda de una persona representa el ahorro de otra y, en una economía globalizada, el total de los activos financieros equivale al total de deuda financiera”.

Como recuerdan los expertos, la deuda es algo positivo ya que permite la asignación eficiente de los recursos. “La deuda se convierte en un problema cuando los activos subyacentes están mal valorados, ya sea en forma de hipotecas excesivas, concentración de inversiones en ciertos sectores, fondos de pensiones insuficientemente dotados o una deuda gubernamental sin límites. Cuando los recursos no se asignan de forma eficiente, la economía crece más lentamente y puede caer en recesión”.

No obstante, incluso las economías más endeudadas pueden mejorar su situación, explican McCallum y Moretti. “Desde el inicio de la crisis en 2007, la deuda de los hogares estadounidenses ha pasado de representar más del 140% de su renta disponible a algo más del 110%. Más dramática aún ha sido la caída del servicio de la deuda (principal e intereses) que ha pasado de suponer el 14% al 10% de la renta disponible. Está claro que las bajadas de tipos de la Reserva Federal han tenido algo que ver”.

Existe la idea de que las economías en proceso de desapalancamiento crecen más lentamente porque el ahorro necesario para repagar la deuda perjudica al crecimiento. “Lo cierto −aclaran los economistas del equipo de renta fija de UBS Global AM− es que la desaceleración responde al cambio de una situación de creciente endeudamiento a otra de desapalancamiento. Es fácil entender por qué una transición de este tipo puede provocar una recesión como la vivida en 2008-2009, pero eso no explica por qué el crecimiento sigue siendo tan débil”.

La respuesta, según McCallum y Moretti, la encontramos en el sistema financiero. “La función del sistema financiero es canalizar el ahorro a la inversión, es decir, convertir esos recursos en deuda. Cuando los niveles de deuda son elevados y la mayor parte de esa deuda está mal valorada, los balances del sistema financiero se resienten”. Si los bancos y otras instituciones financieras tienen que preocuparse de reparar sus balances, no ejercerán adecuadamente su función de intermediarios entre ahorradores e inversores. “Los bancos estadounidenses han avanzado mucho con la reparación de sus balances lo que, junto con la mejora de los balances domésticos, crea una base estable para el crecimiento. Es una pena que no podamos decir lo mismo de Europa”.