La Genesis del no Miedo

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Los primeros síntomas en la toma de decisiones en tiempos de crisis es buscar refugio. El dinero se vuelve miedoso. Las inversiones reducen su horizonte temporal al mínimo. El inversor se define como ultra conservador y entonces aparecen conductas primitivas e inexplicables. El impositor de depósito tradicional, diversifica. Dos o tres entidades nacionales de primer orden y un tercio del capital bajo el colchón. Busca el paraguas de la gran banca y del Fondo de Garantía de Depósitos y liquidez por si hay un corralito o por si esos tipos de Bruselas les da por rescatar al país. El inversor de Banca Privada o Banca Privada Premium, huye con buena parte del dinero. País refugio, moneda refugio, caja de seguridad, inversión en oro… Estrategias, de entrada comprensibles, en previsión de un miedo cierto. La caída de una Entidad, el rescate de un país e incluso ante una hipotética desaparición del Euro.

Pero en definitiva, que aportan estos movimientos? a parte de un desconsuelo permanente. Nada. Ante que nos cubrimos exactamente? Cuanto tiempo estamos dispuestos a lastrar nuestro capital? Cuantas depreciaciones fruto de cambios de moneda, comisiones, costos de expatriación de fondos estamos dispuestos a soportar? Que coste puede tener la estrategia del miedo? Cuando nos sentiremos a salvo? Un decenio? El sistema financiero del mundo occidental se encuentra en zona de colapso inminente desde septiembre de 2008. Los bonos patrióticos, de los países más ricos ya no gozan de las máximas garantías. Y no me refiero a las clasificaciones de esas Agencias de Rating corruptas. El primer mundo ya no puede devolverse a si mismo la deuda generada. Países como Islandia entran en bancarota. California en suspensión de pagos. Los periféricos europeos dedican su PIB a pagar los intereses de su deuda. El Reino Unido, sigue imprimiendo papel para evitar lo inevitable. Bancos franceses y alemanes invertidos en deuda soberana de países rescatados. Y así podría seguir enumerando casos. Mientras, los emergentes, crecen con movimientos especulativos. Enriquecimiento rápido, mal distribuido, apalancado y basado en la construcción. La receta de siempre. Pan para hoy hambre para mañana.

Así pues, podemos mirar hacia otro lado y permanecer inmóviles como la avestruz. O adoptar la estrategia de la gallina descabezada y correr sin rumbo. Pasaremos de descontar el riesgo moneda, país o entidad, al riesgo de no se que estrategia seguir mientras espero que un tsunami se lo lleve todo. Es humano prevenir, es tóxico seguir al día predicciones económicas. Entras en barrena en un barro de noticias apocalípticas que se mezclan con otras de oportunidades que apuntan al dorado. Ante esta exposición, unas reflexiones y un poco de sentido común. Volvamos al inicio, a la Génesis. Hemos acumulado un capital. Fruto del esfuerzo, del trabajo, del ahorro, de algún movimiento especulativo, por la acumulación de rentas… Pretendemos preservarlo, actualizarlo y si puede ser hacerlo crecer. Esta es la regla de partida. Después calibremos los riesgos y actuemos con sensatez. Una entidad financiera europea goza de protección a través del fondo garantía de depósitos hasta 100.000eur. Podemos acceder a fondos de inversión en diferentes monedas, con poco riesgo y poca rentabilidad. Renta fija de compañías solventes, con proyección. Buenos cupones, buena rentabilidad. Renta variable, por supuesto. Blue chips, con buenos dividendos, aún quedan. Apuestas? Por que no. Nueva economía, energías alternativas. Por que no poner nuestro granito de arena para que las cosas sucedan. Bonos patrióticos. Bueno, a corto plazo. Productos de seguro ahorro. Las aseguradoras son un grupo estable y solvente, por el momento. Y al final, no descuidar la fiscalidad. La factura de la crisis se ceba en la rentabilidad de nuestros ahorros. Aprovechemos las mínimas grietas que ofrece el sistema. Apura tu límite en la aportación anual de planes de pensiones. Compensa pérdidas o difiere la tributación. El ABC. Es decir hay vida y alternativa. Evitar el pánico es vital. La expatriación, evasión, ocultación, aunque se practiquen legalmente, pueden llegar a costar muy caro. Y por último. Todos tenemos una responsabilidad y algo que cambiar. Huir no es jamás una solución que compense. La nueva economía premia la creatividad. Más oportunidades, mejor sostenibilidad, conectividad. En definitiva, un mundo mejor y más habitable. Invierte en este cambio de modelo. No se trata de financiar “start ups”, ni de capital riesgo. Ejerce tu influencia sobre compañías que apuesten por el futuro. Existen sólidas, solventes y con proyección. Al final, la solución del medio. Protección, evitar riesgos innecesarios tanto como evitar el pánico.