La estrategia de La Française AM pasa por invertir en deuda pública española

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John Yavuz Can, Flickr, Creative Commons

Los políticos europeos luchan para seguir en la misma línea proactiva marcada por el BCE y, aunque el plan de trabajo diseñado desde finales de junio no ha sido puesto en entredicho, la ruta elegida para alcanzar el objetivo está bordeada de una cierta disonancia, que empieza a socavar la confianza de los inversores. Ejemplo de ello es la falta de compromiso de Alemania para alcanzar una unión bancaria plena, así como para recapitalizar el sistema financiero a través del Mecanismo de Estabilidad Europeo (ESM). Por otro lado, la decisión de Mariano Rajoy de no solicitar el rescate ha aplazado la puesta en marcha del programa de Operaciones Monetarias Directas (OMT) diseñada por Mario Draghi, lo que alimentó la impaciencia de los mercados.

En un informe de Análisis y Estrategia presentado por La Française Asset Management, la gestora francesa considera que el mantenimiento de la calificación de la deuda española por parte de Moody’s proporcionó cierto alivio. “A medida que nos acercamos a final de año, los mercados se vuelven más prudentes, una actitud que nos parece razonable teniendo en cuenta el contexto general”, aseguran. La situación no está para muchas fiestas. “Después de pasar el verano tomando el sol con la euforia creada por los bancos centrales, los inversores se enfrentan ahora a la realidad y buscan señales tangibles en el ámbito económico y político que les animen a entrar en los mercados”.

Por ahora, la estrategia de la entidad en noviembre pasa por apostar claramente por los bonos. Tan es así que, en su cartera modelo, la firma le da un peso a esta clase de activo de casi el 60%, casi 15 puntos más de lo que lo hacían un mes antes. En este sentido, desde La Française AM incrementan la ponderación de la deuda emergente y de la periferia europea, concretamente el bono español a cuatro años. En lo que respecta a la renta variable, los expertos de la gestora también elevan el peso de las acciones, si bien de una forma más modesta (25% de la cartera). En este aspecto, lo más destacado es el mayor interés por la Bolsa europea y los mercados emergentes, en detrimento de la de Estados Unidos, que pierde presencia en la cartera.