La deuda de mercados emergentes alcanza la mayoría de edad

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TRIBUNA de Marcelo Assalin, Responsable del equipo EMD de NN IP. Comentario patrocinado por NN IP.

El sector de deuda de mercados emergentes ha madurado y ahora ofrece a los inversores una amplia variedad de opciones en términos de calidad crediticia, rendimientos atractivos y diversificación regional

Los primeros instrumentos de EMD se lanzaron en 1970, cuando los bancos multinacionales de Estados Unidos y Europa prestaban activamente a los gobiernos de países menos desarrollados, principalmente de Latinoamérica.

A principios de la década de 1980, el renqueante crecimiento de los mercados desarrollados, el aumento de tipos de interés en todo el mundo y la caída de los precios de materias primas y productos básicos desencadenaron una contracción económica importante en los países en desarrollo. Aislados de los mercados financieros internacionales y sin ahorro interno con el que cubrir sus obligaciones externas, la mayoría de ellos atravesaron por graves problemas para atender el servicio de la deuda.

El viaje a la adultez

Tras estas dificultades iniciales, la deuda emergente se desarrolló a lo largo de la década de 1990 con el apoyo de EE.UU., el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial.

En las últimas dos décadas los mercados emergentes (EM) se han transformado mediante políticas macroeconómicas creíbles y un estado de Derecho claro y aplicable. Esto ha mejorado de forma drástica la solvencia de los EM. Los principales logros incluyen la reducción de los niveles de deuda externa, adopción de marcos de política monetaria con objetivos de inflación y la eliminación de barreras al comercio y a la libre circulación de capitales entre otros.

No se puede ignorar el llamativo crecimiento

El fuerte crecimiento económico de muchos mercados emergentes ha sido llamativo en las últimas dos décadas: la tasa de crecimiento incluso supera la de los mercados desarrollados desde 2000, impulsada por la mayor productividad y una demografía favorable. Con ello están cerrando la brecha frente a sus homólogos desarrollados y maduros.

La fortaleza de tal crecimiento es difícil de ignorar. Ha atraído importantes volúmenes de inversión extranjera directa, que han contribuido a un mayor desarrollo y a elevar la participación del capital en las economías emergentes respecto a las desarrolladas. La participación de mercados emergentes en la economía mundial ha pasado de menos del 20% hace una década al 38% en 2012 y se prevé que alcanzará el 44% en 2018, superando a la del G-71.

Los llamados "mercados frontera" comparten muchas de las características que tenían los EM cuando se identificaron por primera vez en 1988 como clase de activo en el que invertir. La mayoría de estos países aún se hallan en las etapas iniciales de desarrollo económico, político, financiero, institucional y comercial y, por lo tanto, presentan atractivas perspectivas de inversión a largo plazo.

Los mercados de EMD han alcanzado ya la mayoría de edad, brindando a los inversores una serie de oportunidades muy atractivas. El saldo vivo de EMD ha crecido rápidamente desde el cambio de milenio en respuesta a la fuerte demanda de inversores extranjeros que buscan rendimiento y de instituciones nacionales interesadas en oportunidades de inversión en su moneda nacional.

Oportunidades de diversificación de cartera

Los ciclos económicos están más desincronizados en los países emergentes que en los desarrollados y otro tanto sucede con sus etapas de desarrollo político y económico. Ambos factores brindan oportunidades de diversificación regional y nacional. Desde una perspectiva de asignación de activos, EMD ofrece importantes ventajas de diversificación a la mayoría de carteras. Los bonos, en  moneda fuerte o moneda local, guardan una correlación relativamente baja con los valores de deuda pública de EE.UU. y del resto del mundo.

Historial contrastado

El perfil histórico de rentabilidad-riesgo de la deuda de EM destaca frente al de sus contrapartes de DM. Los inversores que toleraron la mayor volatilidad fueron recompensados ​​con rendimientos más elevados a largo plazo. Entre 2003 y 2012, las subclases de activos de EMD ofrecieron rendimientos medios anualizados, expresados en dólares estadounidenses, comprendidos entre el 12,3% de los bonos locales y el 7,2% de los mercados monetarios locales2. La volatilidad de las subclases locales de activos de EMD osciló entre el 12% anual para los bonos y el 8% para los mercados monetarios.

Madurando con la edad

Pese a tan atractivas cualidades, el sesgo hacia los mercados nacionales y limitaciones regulatorias hicieron que muchos inversores institucionales del mundo desarrollado mantuviesen poca exposición a EMD en sus carteras. Esto, sin embargo, está cambiando. La importancia de los EM, tanto en términos económicos como para los mercados de capitales, ha ido volviéndose cada vez mayor y ya no cabe ignorarla.

El argumento a favor de reasignaciones estratégicas también se justifica desde una mera perspectiva de volúmenes de deuda. El saldo vivo de la deuda interna de ME equivale al 13,2% del total mundial y ME representa el 8,3% de la deuda externa mundial. Ahora bien, el PIB agregado de las economías emergentes ronda ya el 40% de la producción económica mundial. Es de prever, por tanto, que la proporción del saldo vivo de la deuda global entre países en desarrollo y desarrollados seguirá convergiendo hacia la relación de sus respectivos pesos económicos.

NN Investment Partners cuenta con un dilatado y exitoso historial de gestión del espectro completo de deuda de mercados emergentes. Gestionamos carteras de deuda soberana en monedas fuertes desde 1993, deuda duración corta en moneda local desde 1998, deuda corporativa en monedas fuerte desde 2003, bonos en monedas locales desde 2007 y mercados frontera desde 2013. El equipo está formado por 19 profesionales con una experiencia media de 13 años y gestionando 10.600 millones de dólares (datos finales enero 2018).

NN IP: 25 años gestionando EMD

1 Fuente: FMI, World Economic Outlook (última edición de octubre de 2017), NN Investment Partners.

2 Fuente: JP Morgan, NN Investment Partners 2012.