“La deuda corporativa emergente es atractiva en el actual escenario de cambio del entorno”

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Oskay, Flickr, Creative Commons

Las últimas semanas están siendo muy agitadas en los equipos de renta fija de las gestoras, donde se está produciendo una gran rotación. La última en anunciar un movimiento de este tipo en este sentido ha sido Natixis Global Asset Management (NGAM), quien ha dado un paso adelante en lo que supone el reforzamiento de su estrategia emergente. Loomis Sayles, filial de la entidad, ha anunciado que Peter Marber, hasta ahora en HSBC Global Asset Management, se ha unido al equipo de la compañía como director de inversiones de mercados emergentes, abarcando responsabilidades tanto en mercados de renta fija como en inversión de capital. Reportará a Jae Park, director de Inversiones.

Marber ocupó varios cargos dentro del grupo de mercados emergentes de la firma británica como responsable de estrategia de negocio, jefe global de deuda de mercados emergentes y gestor de carteras. Antes de su adquisición por parte de HSBC en 2005, fue socio fundador, gestor senior de carteras y estratega jefe de inversiones. También fue presidente de las filiales de mercados emergentes de Dresdner Kleinwort (antes Wasserstein Perella), comenzando su carrera en UBS. Hoy Marber asume el liderazgo de un equipo que incluye a gestores como David Rolley, Eddy Sternberg, Peter Frick o Elisabeth Colleran. Todos ellos cuentan con el apoyo de más de una docena de especialistas en los mercados emergentes.

La renta fija emergente es una clase de activo en la que la entidad aprecia importantes oportunidades, sobre todo en el caso de la corporativa. “La deuda empresarial de mercados emergentes puede ofrecer beneficios en términos de diversificación, también en lo que respecta a la diversidad regional y la propia estructura del mercado”, afirman desde la entidad. En este sentido, en Loomis Sayles ven poco probable que la deuda de empresas de México, China y Polonia se muevan en perfecta sintonía con la del mercado estadounidense. “Consideramos que esta característica de la deuda corporativa emergente será atractiva en el actual escenario de cambio del entorno”, indican.

Algunos inversores atraídos por la diversificación y las tasas de crecimiento de los países emergentes se podrían preguntar por qué centrarse en la deuda corporativa emergente cuando pueden hacerlo de manera más despreocupada en la deuda soberana de estos países. Para Loomis Sayles, la respuesta es sencilla. “La inversión en empresas afincadas en emergentes en lugar de deuda pública añade una dimensión adicional al análisis. A nosotros nos gusta la diversificación, la más alta calidad crediticia y la menor duración de las sociedades en relación con el universo soberano de mercados emergentes”, señalan los expertos de la firma.