La depreciación del dólar y el baratillo cambiario global

Kamil Molendys, Unsplash

La política cambiaria USA acaba de cambiar. La depreciación del dólar se acelera y ello pudiera forzar a la mayor batalla cambiaria existente desde antes de la Segunda Guerra Mundial, o bien, el primer baratillo cambiario global. De momento, la semana pasada, el baratillo global estuvo concurrido y animado. Así intervenciones y/o devaluaciones permitidas en las siguientes monedas marcaron el inicio de esta nueva contienda financiera: USA, Japón, Taiwán, Brasil, Argentina, Perú, Rusia, Australia, Suiza, Polonia, UK, Colombia e Indonesia (ver http://bit.ly/cfud2x).

A la vista del baratillo cambiario que ahora comienza, parece que algo se le olvido al G20 al inicio de la crisis. En un mundo interdependiente e interrelacionado la rápida estabilización de los mercados productivos y financieros debería haber sido, junto al problema bancario, verdadera prioridad desde el inicio de la crisis. Así, debería haberse adoptado desde el inicio de la crisis actual un sistema de paridades fijas de naturaleza transitoria (24-36 meses) que permitiera estabilizar de manera temporal y total el sistema cambiario mundial (OCDE) siendo sólido cimiento para la estabilización del comercio internacional y del conjunto de mercados financieros domésticos, ya que estos se interrelacionan en términos de rentabilidades reales relativas y la volatilidad cambiaria es aspecto relevante. Pero sorprendentemente el G20 no hizo nada al respecto, si bien sin estabilidad cambiaria es complejo lograr la estabilidad financiera y económica global. El baratillo cambiario global actual, futura fuente de conflictos políticos y de adicional stress para todos los mercados financieros, nace gracias al vacío existente.

No pocos miran a China de reojo como artífice del reciente cambio de la política cambiaria USA, o permisividad de la Administración USA ante la depreciación de su moneda. Ayer el Congreso USA adoptaba por abrumadora mayoría una medida por la cual se podrá elevar el régimen tarifario a aquellos países que presenten una relación cambiaria de infravaloración excesiva contra el Dólar. La medida es al menos curiosa. Es verdad que China tiene una política cambiaria oportunista, sin embargo esta política está dentro de la más rigurosa legalidad económica internacional o bien haga usted lo que mejor le parezca con lo suyo que a mi no me afecta, o doctrina mantenida por largo tiempo por la Doctrina Neoclásica. Por otro lado, esto de la “libertad de mercado” comienza a sonar extraño.

China se encuentra depreciada en un rango de 18%-22% contra el Dólar desde su fijación (según Natural Macroeconomic Model). Política no inicua como el Presidente Obama mencionaba la semana pasada copiando al Premio Nobel Krugman, que fue quien le puso el cascabel al gato. Es evidente que la política China resta eficacia a las acciones monetarias y de estimulo llevadas a cabo por la Administración USA, drenando su potencial crecimiento y creación de empleo. Existen estimaciones de que dicha política pudiera haber costado a USA 600.000 empleos.

Pero a lo mejor es bueno no distraer la atención. USA necesita imperiosamente devaluar su moneda, y tal vez China no es la causa principal sino su excusa formal. USA necesita devaluar su moneda para intentar evitar a toda costa una potencial doble recesión cuyo coste especialmente político y evidentemente económico sería delicado. Hay que acelerar el crecimiento económico USA. ¿Como?. Mejorando sus exportaciones netas y sobre todo generando inflación de manera rápida lo cual incitará al consumo privado a mover ficha. En la medida en que USA genere inflación el contribuyente americano, y otros tenedores de efectivo de esta moneda, perderán parte de su valor adquisitivo (inflation tax) al no consumir. El contribuyente USA va a ser animado de manera “juiciosa” a consumir. Pero la inflación pudiera traer un beneficio adicional no despreciable a la endeudada economía norteamericana. En la medida en que crezca la inflación, el valor nominal de sus activos crecerá, mientras que el valor de sus pasivos quedarán constantes (salvo aquellos cuyos rendimientos estén indexados a la inflación). El ratio de Deuda Pública sobre PIB mejorara. Pero ¿tendrá consecuencias todo ello en terceros países?.

De momento el mercado cambiario mundial esta que arde y las devaluaciones políticas iniciando su apogeo. Pero las devaluaciones políticas son peligrosas. Los desajustes de precios entre los distintos sistemas productivos se corrigen de forma natural a través de las variaciones en los tipos de cambio. El mercado de tipos de cambio (libre) corrige de manera natural las desviaciones de precios entre todas las economías existentes. Dicho proceso es más rápido de lo que podríamos imaginar. Así, las devaluaciones políticas a fin de forzar una más rápida competitividad internacional (vía precios relativos), en ocasiones, suelen ser peligrosas. Siempre que se utiliza la devaluación se afecta el valor de las activos financieros en términos relativos, y, asimismo, se altera el valor del sistema productivo doméstico en términos relativos a otros sistemas productivos. Las consecuencias y escenarios posteriores pueden ser diversos, ya que dependen en última instancia del grado de desconfianza provocado sobre los distintos actores y de la reacción del propio sistema productivo y de la estructura del mismo. Por lo general la alegría en el sistema productivo exportador (único beneficiario de la devaluación) durara poco, ya que la mayor presión de la demanda externa tendera a corregir el desajuste relativo de precios aumentando el valor de los mismos. Así, y por lo general, la devaluación origina una subida en el nivel de precios (inflación) que viene a restar la competitividad anteriormente ganada, frenando en ocasiones el crecimiento económico y provocando un estado de estagflación o hiperinflación (Argentina). Devaluar para ganar competitividad es políticamente sencillo pero no siempre adecuado, y, tal vez peligroso en la convulsa situación actual.

La permisión de la devaluación agresiva del dólar, o, moneda de la primera economía del mundo, es tema relevante y con notorias consecuencias a nivel global. Muchos se están apuntando al mismo juego forzándose entre todos el primer baratillo cambiario global. La consecuencia más inmediata será el incremento de la inflación USA y también en el resto de países seguidores. Esta guerra cambiaria, como todas, será fuente de inestabilidad general.

Algunas ideas del artículo aparecen de manera extensa en el paper “The World Macroeconomic Dilemma 2008-2012: World Monetary Stabilization Plan”; por G.Perez-Seoane, presentado a la Federal Reserve Bank of Sant Louis, US (14 de Febrero, 2009).