La volatilidad en los mercados derivada de los problemas fiscales que atraviesan algunos países de Europa pasó factura en abril a los fondos de inversión de México, que sufrieron una mayor aversión al riesgo por parte de los inversores especialmente en las últimas dos semanas del mes y las negativas consecuencias en las cotizaciones sobre todo en las categorías de renta variable y monetaria, según datos de Fundpro.com.
Así, las sociedades de inversión que integran sus carteras con renta variable mexicana acompañaron la caída del 1,74% del índice IPC de la Bolsa Mexicana de Valores y registraron un rendimiento mensual negativo del 1.68%, medidos por el índice de fondos Fund Pro Acciones México Indizados. En ese contexto, tan sólo tres fondos consiguieron mantenerse en positivo: el primero de ellos, GBMV2 B, es un fondo de la operadora del Grupo Bursátil Mexicano que busca capitalizar los movimientos del mercado y destacó con un rendimiento mensual del 1,91%. A continuación, con una rentabilidad de 0,46% se ubicó GBMMOD B, de la misma operadora, que invierte usando como guía el portfolio modelo publicado por el departamento de análisis de GBM.
Entre fondos de renta variable internacionales, los mayores rendimientos correspondieron a los que invierten en EEUU, impulsados por los positivos balances que presentaron las compañías. El líder del sector fue ACTI500 B3, de la operadora Actinver-Lloyd, que subió en el mes el 2,61%.
En el segmento de deuda de emisores nacionales, los rendimientos fueron positivos aunque moderados, de entre el 2,5% y el 3,9% en términos anualizados. En este contexto, las carteras orientadas al largo plazo obtuvieron las mayores rentabilidades. Aquí destacaron los fondos ICAPLUS B-F4, de la operadora Invercap, y HZPZONC C0-A, de Impulsora de Fondos Banamex, con un rendimiento efectivo mensual del 2,14% y 1,65%, respectivamente.
En el segmento de fondos de deuda internacional el mejor fue STBRZ-1 B1, de Gestión Santander, con una rentabilidad efectiva mensual del 3,51%. Su objetivo es invertir en la sociedad de inversión Santander Brazilian Fixed Income, la cual se posiciona principalmente en valores de deuda brasileños.