"La clase de activo más beneficiada por el QE son las small caps"

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Foto cedida

No es por caer en convencionalismos, pero lo cierto es que el tamaño importa. Para Isabelle de Gavoty, responsable de la estrategia de small caps de AXA IM para Europa y EE.UU., mejor que la capitalización sea pequeña. “Hay dos maneras de ver a las small caps”, comenta al respecto. Por un lado, señala que se suelen contemplar como una apuesta de beta para beneficiarse de la recuperación económica. Pero cree que también pueden utilizarse para generar alfa, pues declara que en su firma son “firmes creyentes de que las small caps deberían ser un diversificador estructural”. 

La representante de AXA IM recuerda que, si se toma como referencia la serie histórica que desglosa todas las décadas desde 1920, el universo de pequeñas capitalizaciones ha sido inferior a la media del mercado sólo en tres ocasiones. Además, indica que han conseguido incrementar sus beneficios regularmente, superando a las big caps, durante los últimos 20 años. Para ser más concretos, De Gavoty puntualiza que “desde 2004 las grandes capitalizadas no han crecido de forma estable, frente al crecimiento de las small caps”.

El estudio de la comparativa entre grandes y pequeñas capitalizadas le lleva a concluir que “el tamaño importa, pero la volatilidad es similar”. Se refiere a que “no es la liquidez lo que genera la prima de riesgo frente a las grandes, sino el crecimiento”. A continuación, señala que en AXA IM aplican una serie de filtros específicos de liquidez durante el proceso de selección de compañías para sus estrategias de small caps, como la obligación de presentar un volumen diario de negociación de al menos un millón de euros. 

Supervivientes a la crisis

Para De Gavoty, este comportamiento  superior se puede explicar por tres puntos principales. En primer lugar, indica que las acciones cuyo valor en bolsa se sitúa entre los 400 y los 5.000 millones de euros “son más capaces de adaptarse por tamaño y salir adelante, no tienen lastres, pueden cambiar rápidamente”. Pone como ejemplo a los negocios de ventas al por menor que se han adaptado para vender por internet. 

El segundo factor es lo que De Gavoty describe como “su habilidad para moverse a través de toda la cadena de valor”, es decir, la capacidad para poder capturar los servicios que externalizan otros grandes grupos y proporcionar un servicio que mejora la rentabilidad de ambas partes. Y el tercer punto diferencial tiene que ver con la gran evolución de esta clase de compañías; antes de 2008 eran negocios eminentemente domésticos, y desde entonces han sido capaces de expandirse territorialmente, especialmente hacia países emergentes. De esta forma, ahora las small caps son capaces de generar entre un 15% y un 20% de sus ingresos en regiones que no sean ni EE.UU. ni Europa y más de un 10% en EE.UU.

La gestora lleva al frente del AXA WF Framlington Europe Small Cap desde 2007, aunque la estrategia lleva viva desde 2001 y AXA IM comenzó a invertir en este tipo de empresas en 1991. Al preguntarle cuáles han sido los principales cambios que ha experimentado esta clase de activo desde que asumió el liderazgo en la gestión del fondo, subraya la mayor madurez del universo. Para ella, lo más relevante ha sido su capacidad para avanzar en la cadena de valor: “Sus equipos directivos son más reactivos que en el pasado y en el entorno de bajo crecimiento actual son capaces de diversificar las fuentes del negocio. Algunas de estas compañías ahora se han vuelto líderes en su sector”, explica. Para la gestora, esta evolución es clave pues marca el camino para que estas compañías se conviertan en las grandes capitalizadas del futuro “si tienen la ejecución adecuada de su plan estratégico”. 

La filosofía de AXA IM

“Queremos capturar el crecimiento y encontrar a los líderes del futuro, aprovechar las ineficiencias del mercado e invertir a entre 5 y 10 años vista”, declara De Gavoty. El principal objetivo es detectar a aquellas compañías cuyo crecimiento es transformacional, es decir, que “se adaptan al entorno y a veces cambian la forma de hacer las cosas en su sector y se benefician de ello”. Se trata de un proceso sólo apto para un inversor paciente: “Puede llevarnos años comprar una compañía. Nos tomamos nuestro tiempo, nos aseguramos de encontrar a la compañía en el momento adecuado porque la vamos a tener en cartera entre 3 y 5 años como mínimo”. El porcentaje de rotación de activos del fondo se sitúa en el 30%. 

La gestora indica cinco características que suelen estar presentes en las compañías que tienden a comportarse mejor: son líderes de su sector o están consolidando su cuota de negocio, o bien son compañías dispuestas a ganar cuota de mercado en detrimento de los líderes del sector. También pueden ser compañías que presentan historias de reestructuración. Además, presentan un crecimiento estable y/o un modelo de negocio rupturista.

En el proceso de selección también se tiene en cuenta las compañías que puedan figurar en procesos de fusión y adquisición (M&A); de hecho, indica que uno de los principales motores de crecimiento para este año va a ser el incremento de las OPV y el M&A entre compañías con un valor en bolsa situado entre 1.000 y 5.000 millones de euros.  

Otros drivers previstos para este año son el descenso del precio del crudo y el abaratamiento del euro. No obstante, advierte de que “en los próximos meses puede verse algo de contradicción por el repunte del petróleo y los movimientos del euro, pero la renta fija nos dice que se ha acabado la historia de la deflación y eso es positivo para la renta variable”. De Gavoty va más lejos, al afirmar que “la clase de activo más beneficiada por el QE son las small caps”, puesto que las medidas del BCE van a contribuir a “dar un gran impulso a los beneficios, que van a estar guiados masivamente por las divisas”. Según sus cálculos, sólo por el efecto divisa estas empresas van a generar mecánicamente entre un 10% y un 15% más de beneficios en el corto plazo. “En el largo plazo se pueden beneficiar de la captura de cuota de mercado al volverse éste más competitivo”, concluye Isabelle de Gavoty.