La Cenicienta de la ciencia: por qué la construcción de carteras es la clave para obtener resultados resilientes

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Cedida por Aviva Investors

TRIBUNA de Josh Lohmeier, AIA Investment Officer, head of North American Investment Grade Credit, Aviva Investors. Comentario patrocinado por Aviva Investors.

Una cosa es tener una buena idea de inversión, pero otra muy distinta es extraer el máximo potencial de esa idea y combinarla con otras para construir una cartera óptima. Aquí es donde entra en juego la construcción de carteras.

La diversificación puede ser la única opción segura en finanzas, aunque incluso las carteras aparentemente bien diversificadas pueden esconder sesgos y correlaciones ocultos. AdvertisementEsto puede llevar a una ponderación excesiva de ciertas estrategias o a una cartera que exprese demasiadas ideas similares, con cierta sobreexposición a riesgos particulares. En un entorno de mercado difícil, cuando las correlaciones tradicionales se rompen, puede ser una sorpresa desagradable. En este punto es donde una buena construcción de carteras demuestra su importancia.

La construcción de carteras eficaz tiene por objeto optimizar los rendimientos ajustados al riesgo para un determinado conjunto de limitaciones e incorporar la diversificación y la capacidad de recuperación en el proceso de inversión. La calidad de las ideas y estrategias de inversión sigue siendo primordial, pero la construcción de carteras identifica el mejor modo de ponerlas en práctica.

Un proceso de construcción de carteras sólido y reproducible también puede ayudar a descubrir y eliminar los sesgos y correlaciones, lo que permite a los inversores añadir rentabilidad sin asumir riesgos adicionales.

Los gestores activos suelen adoptar un enfoque ascendente y simplista de la construcción de carteras: compran los valores que les gustan, evitan los que no les gustan y determinan si están satisfechos con el riesgo general resultante y el error de seguimiento. Es un buen comienzo, pero las técnicas de asignación de riesgos más específicas pueden ayudar a proporcionar rendimientos de inversión con mayor capacidad de recuperación.

La humildad es una cualidad subestimada en el proceso de construcción. Esto se debe a que los administradores de inversiones tienden a ser optimistas sobre su capacidad de predecir el rendimiento, lo que crea una orientación hacia asignaciones con más riesgo.

Para ilustrar esto, analizamos todas las recomendaciones sobre los bonos corporativos de grado de inversión estadounidense de cinco departamentos de investigación del lado de la venta, adquiriendo recomendaciones de outperform, market perform y underperform(1).

Figura 1: Las recomendaciones de rendimiento superior muestran optimismo

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El número de recomendaciones de rendimiento superior para los enlaces de triple B fue seis veces mayor que el de los enlaces de un solo A. Si los gerentes de cartera buscan analistas que buscan ideas, naturalmente estarán orientados hacia acciones de mayor riesgo, además de su optimismo. También es esencial monitorear las ideas invertidas de manera continua, verificar si se comportan de acuerdo con las expectativas y, si no, entender por qué no.

El objetivo de la resiliencia, por otro lado, se refiere a la elección de la cartera eficiente que mejor explota la tesis de inversión central, pero que no se verá materialmente afectada en caso de quiebra. Por ejemplo, centrarse en la volatilidad como la principal medida de riesgo ayuda a agregar alfa en lugar de beta a una cartera. Esto se puede mejorar aún más incorporando el análisis de sensibilidad de ideas o carteras en múltiples escenarios. Estos análisis ilustran lo que le puede pasar a una cartera cuando la tesis central no tiene lugar.

Durante gran parte de la última década, la alabanza de las virtudes de la construcción de carteras ha caído en saco roto, ya que la política monetaria ultralaxa ha facilitado la generación de rendimientos decentes mediante la exposición simple (y barata) a diversas clases de activos. Sin embargo, el COVID‑19, cuyo impacto ha dañado gravemente a empresas, sectores y economías enteras, ha reorientado el discurso una vez más.

Crear carteras que resistan en las circunstancias más difíciles es una cuestión de diseño, no de buena suerte; es el resultado de procesos sólidos de inversión y gestión de riesgos y de una combinación de habilidad y buen juicio a la antigua usanza. Injustamente calificada como la cara ciencia de Cenicienta durante los años de bonanza, la construcción de la cartera tiene ahora su oportunidad de brillar.

Lea las últimas perspectivas de Aviva Investors.

Referencias:
(1) Josh Lohmeier, 'Tapping a misunderstood Alpha Source: Effective corporate bond portfolio construction,' Aviva Investors, 2019.


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