“La caída registrada por el yen no es suficiente para que Japón alcance su meta de inflación”

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Iota_fr, Flickr, Creative Commons

La elección de Shinzo Abe como primer ministro japonés supone un nuevo esfuerzo para poner fin a la deflación en Japón. El yen se ha debilitado a medida que los mercados anticipan un aumento del ritmo de compra de activos y una mayor expansión del balance del Banco de Japón. Según explican Keith Wade, Azad Zangana y James Bilson, economistas de Schroders, la depreciación de la moneda impulsará la actividad en Japón pero, dado el tamaño de la brecha del PIB, no será suficiente para alcanzar el objetivo de inflación del 2%. “Estimamos que el yen tendría que caer otro 10% para conseguir dicho objetivo, perdiendo toda la apreciación acumulada desde la crisis financiera”.

En un informe en el que realizan un análisis de la actual situación económica de Japón, los expertos de la entidad señalan que, para el resto del mundo, un yen más débil significa una mayor competencia de Japón y un peor desempeño comercial. Pero… ¿quién se verá más perjudicada por la política monetaria emprendida tanto por el Gobierno como por la autoridad monetaria nipona? En opinión de los economistas de Schroders, la región más afectada será el resto de Asia, que durante la última década aumentó significativamente sus intercambios comerciales con Japón.

“A más largo plazo, la principal consecuencia será probablemente un aumento de los flujos de capital a medida que los ahorradores japoneses se vean atrapados por una menor rentabilidad y una mayor inflación”. En este sentido, los expertos de la firma creen que es probable que asistamos a una vuelta de operaciones de arbitraje en las que los inversores se endeudan en yenes, y se corre el riesgo de que los esfuerzos por resistir la apreciación de la divisa resulten en un recalentamiento de la economía que podría perjudicar tanto a Asia como a las economías emergentes, señalan.