La búsqueda norteamericana de dividendos podría terminar en un valle de lágrimas

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Cedida

Durante los últimos años, muchos instrumentos de rentabilidad han desaparecido, barridos por una de las oleadas de crisis, o que registraron una caída de su rentabilidad, como es el caso de los bonos del tesoro. Las rentabilidades se evaporaron y se encuentran ahora en niveles históricamente bajos, por no decir negativos en términos reales en determinados países considerados “seguros”.

Este contexto de falta de rentabilidades ha hecho que muchos inversores sedientos de ingresos añadiesen títulos orientados hacia el dividendo en su asignación de cartera. Esta reacción fue natural y estuvo acertadamente respaldada por muchos estrategas, ya que los dividendos contribuyen considerablemente al rendimiento total a lo largo del tiempo. Nosotros también compartimos este aspecto de la ecuación en Petercam, en nuestra estrategia de dividendo.

No obstante, los valores con dividendos fueron (y siguen siendo) como pozos de agua en medio del desierto. Así pues, varios tipos de inversores compartieron esta enfermedad relativa a la sed de ingresos y empezaron a medicarse llenando sus carteras de títulos con “dividendos de buena calidad” en Estados Unidos. Los mercados europeos, al sufrir otras enfermedades, no formaron realmente parte de esta fiebre relativa a la búsqueda de dividendos. Esto hizo que todos los peces se orientasen aún más hacia el lago azul de dividendos estadounidenses que podría convertirse antes o después en un estanque fangoso. De hecho, esta moda de la pesca de dividendos “fáciles” podría dar lugar a que muchos actores tuviesen un grupo de valores sobrevalorados y comprasen activos sobrevalorados con las consecuencias potenciales que podríamos imaginar fácilmente.

Los sectores de acciones estadounidenses que más estuvieron en el punto de mira de los inversores sedientos de ingresos se cotizan actualmente a niveles históricamente altos, y esto se aplica a muchas métricas de valoración. Esto respalda nuestra opinión de que muchos inversores se encuentran en el lugar incorrecto (ingresos/altos dividendos) y por un motivo inadecuado (tipos bajos de las obligaciones y falta de rentabilidad). Por lo tanto, a pesar de que los rendimientos de dividendos puedan ser atractivos, las altas valoraciones de estos activos se encuentran en pleno centro de nuestra preocupación acerca de un mercado de dividendos abarrotado en Norteamérica.

En nuestro enfoque de dividendos, aplicamos evidentemente un equilibrio entre la importancia y la calidad de los dividendos, aunque no obstante, evaluamos el potencial de apreciación del capital desde un análisis fundamental basado en una disciplina de valoración. En otras palabras, es posible que ya no baste con comprar dividendos de calidad y reconciliar herramientas de análisis con un marco de valoración, sino que el ejercicio clave más difícil que aplicamos frecuentemente a nuestro proceso de inversión podría resultar un factor de diferenciación importante de cara al futuro.

En un contexto macroeconómico difícil, la compra de una acción que ofrezca una rentabilidad del dividendo del 4% y que presente un balance sólido y una generación de flujo de caja interesante pero cuya cotización sea 18 veces mayor que su beneficio por acción (EPS) para el próximo año, cuyo crecimiento se haya previsto en un 12%, no me parece realmente una estrategia “Defensiva” ni de “Valor”. Tal y como afirma Warren Buffet: “Ya hablemos de calcetines o de valores, me gusta comprar mercancía de calidad cuando tienen baja calificación” (carta del presidente de Berkshire Hathaway en 2008).

Por lo tanto, con tantos inversores acumulados, ¿los dividendos se han convertido en un “mercado de masa” y en una “apuesta insegura”? A nuestro parecer, la respuesta a esta pregunta es afirmativa para muchos sectores clásicos de dividendos y negativa para otros sectores cuyo factor principal de diferenciación es la valoración. En dicho caso, seguirán abundando las oportunidades interesantes para los inversores en dividendos reales. En nuestro análisis, el dividendo también es uno de los indicadores de valor y no un objetivo último.