La bolsa japonesa, barata por primera vez en una generación

Los inversores están pasando por alto un gran número de factores positivos en el mercado japonés, incluidas valoraciones muy atractivas y los efectos positivos de la restructuración empresarial.

Mientras muchos inversores han perdido la esperanza en la renta variable japonesa, creo que el punto de vista mayoritario de que Japón continuará en dificultades es demasiado pesimista. Los problemas de Japón son bien conocidos y ya están descontados en los precios actuales de mercado. El resultado es que la renta variable japonesa es, ahora mismo, y por primera vez en una generación, barata comparada con el resto del mundo.

El índice TOPIX, que en general representa el mercado de renta variable japonés, está cotizando a un precio equivalente a su valor en libros- ofreciendo una valoración muy atractiva frente a su propia historia. La renta variable japonesa parece también muy barata cuando se compara con otros índices bursátiles importantes, como el MSCI Europe (1,60 veces), el FTSE 100 (1,94 veces) y el S&P 500 (2,16 veces)*.

Existe un buen número de factores positivos cruciales que los inversores no están teniendo en cuenta. Las empresas japonesas han sido reestructuradas y han reconstruido sus cuentas de resultados durante más de diez años. El resultado es que ahora tenemos muchas empresas saneadas, ricas en flujo de capitales entre las que elegir, muchas de las cuales también muestran un aumento del porcentaje de beneficios que se distribuye como dividendo y mejoras en la rentabilidad del capital. Si esto lo combinamos con las valoraciones baratas que existen en la actualidad, creemos que Japón ofrece una importante oportunidad para el inversor paciente.

Otro factor que los inversores deben tener en cuenta es la velocidad de respuesta de las empresas japonesas a la reciente crisis financiera. Muchas compañías han demostrado rápidamente un esfuerzo decidido por controlar sus costes, y desde 2008 han mejorado sus márgenes a pesar del menor nivel de ventas.

Los exportadores japoneses también han mejorado su capacidad de adaptarse a la fluctuación del yen, a través de la flexibilidad en la producción, adquisición y fijación de precios. Las empresas han trasladado también más producción al extranjero, reduciendo el impacto del yen en las exportaciones.

Por último, Japón está ligado al crecimiento de Asia a través de sus exportaciones, que han aumentado a costa de las estadounidenses. A finales de 2009, las exportaciones japonesas a Asia representaban más del 54% del total, comparado con el 16% exportado a Estados Unidos. Este punto positivo no ha sido apreciado en las valoraciones de la renta variable.