- La respuesta política que la UE está dando a su crisis de deuda y las reuniones de la cumbre del G-20 siguen siendo insuficientes para contener los efectos de contagio de un previsible default heleno.
- Italia, sometida a una fuerte presión por parte de los mercados, todavía no tiene una estrategia de salida creíble a la crisis. Una intervención del BCE es tan necesaria como probable, para evitar un alza insostenible en el coste de financiación del país.
- China y Estados Unidos siguen siendo un buen refugio gracias a la pujanza de su demanda interna.
- Nuestra apuesta continúa siendo apostar por deuda pública de alta calidad.