La arruga es bella

carlos_montero
Cedida

Parece cada vez más evidente que nos encontramos en un escenario de activos financieros inflados y que las políticas monetarias expansivas, lejos de su objetivo de fabricar inflación, fabrican activos financieros sobrevalorados. Y ahora nos toca a Europa, que quizás por soberbia o quizás por que no tiene otra solución plausible, se encamina a continuar insuflando aire al globo monetario.

Pero esta situación, con grandes expectativas puestas en la renta variable europea y con tipos de interés que tienden a cero, puede tener un efecto secundario poco deseado para los inversores de perfiles tradicionalmente conservadores. Y es que nos podemos encontrar con saltos en los niveles de riesgos mal soportados por este tipo de inversores.

Por otro lado, estamos asistiendo a un gran crecimiento de la industria de fondos de inversión y que es debido a la entrada de capitales desde productos garantizados y depósitos propios de estos perfiles conservadores.

Toca en este momento pedir a los diseñadores de la alta costura de los fondos de inversión que nos ofrezcan productos prêt à porter que se adapten a estos nuevos participes de fondos, con menor cultura financiera y menores importes de capital, que no les permiten acceder a un asesor financiero que les construyan una cartera adecuada a sus objetivos y perfil.

Como sucedió en la moda en la década de los cincuenta, vamos a vivir en Europa una democratización del asesoramiento financiero y por ende de los fondos de inversión que van a llegar a los estratos de capital más bajos y de mayor aversión al riesgo.

Pero ¿que pueden hacer las gestoras para ofrecer un fondo prêt a porter? Probablemente, no solo deberán adaptar sus comisiones de gestión para que no repercutan tanto en la rentabilidad de los fondos de bajo riesgo, sino que tendrán que hilar más fino y deberán buscar esas deficiencias de mercado que permitan conseguir una rentabilidad extra sin incrementar los niveles de riesgo. Deberían incorporar un mayor número de expertos en esta búsqueda de defectos de mercado, que son tan denostados en la confección de algoritmos de modelos de inversión, pero que en este caso se convertirán en una virtud.

Proclamemos pues que en la gestión de fondos de perfil conservador “La arruga es bella” recordando el mítico eslogan del empresario gallego de moda prêt à porter Adolfo Dominguez.