Juegos de guerra (war games)

Juegos de Guerra (War Games)

Miguel de Juan Fernández- A bordo del ARGOS 8 Noviembre 2013

“Este experimento monetario global sin precedentes tan sólo acaba de empezar y cada banco central está intentando participar en él. Es una competición monetaria armada y nadie quiere quedarse atrás. El Banco de Inglaterra ha devaluado la libra para mejorar las exportaciones permitiendo que trepe la inflación y manteniendo los tipos de interés a cero. La Reserva Federal ha intentado debilitar el dólar para potenciar las exportaciones y las fabricaciones. El Banco de Japón, para no ser menos, está ahora intentando depreciar el yen. Al debilitar sus divisas esperan fomentar sus exportaciones y adelantar a sus competidores. En la carrera por devaluar las divisas, nadie gana.

A Code Red World- John Mauldin October, 26 2013

Seguramente muchos de los que estáis leyendo este artículo hayáis visto en vuestra juventud la película Juegos de Guerra (War Games) con Mathew Broderick en su papel principal. Era una película que, al menos los que fuimos jóvenes en los años 80, recordamos con cariño,…era una de las primeras películas en las que veíamos el uso de los ordenadores personales (la otra de referencia fue TRON) por parte de chavales como nosotros y cómo podían hacer unas cosas que, entonces, eran sorprendentes,…¡cambiar las notas desde casa!

Hacia el final de la película, cuando los chicos y el profesor Falken - a la sazón inventor del programa de ordenador que estaba al mando del sistema de defensa con misiles balísticos intercontinentales de los Estados Unidos y que había alcanzado cierto grado de consciencia y pretendía jugar en el mundo real a la guerra termonuclear global- intentan hacer que el programa, llamado Joshua por el fallecido hijo de Falken, comprenda que no debe jugar a la guerra, que no debe lanzar los misiles sobre la Unión Soviética. Para ello, le proponen que juegue consigo mismo al tres en raya y, de esta forma, utilice toda su energía y concentración en batirse, en millones de estrategias por segundo, en ese juego tan sencillo. Finalmente Joshua comprende y con su voz metalizada dice: “Curioso juego, profesor Falken; la única forma de ganar es no jugar” refiriéndose también a la guerra termonuclear y sus miles de millones de muertos resultantes en cualquiera de las estrategias. (Seguro que todos recordaréis el tono de la voz de Joshua, ¿verdad?)

A veces pienso que habría que ponerles esta película a los presidentes y gobernadores de los bancos centrales. Tienen un poder inmenso en sus arsenales- y les gusta mostrarlo- pero parece que no se dan cuenta de que los daños que causan a la mayor parte de la población es tremendo, como una guerra termonuclear económica y que, precisamente, son los más débiles los que caen en una batalla a la que no se les ha llamado y en la que ni siquiera se les reconoce su sacrificio. Tranquilos, no soy comunista ¡Dios me libre!, pero la escuela austríaca de economía ya lo ha comentado y advertido más y mejor que yo.

Como inversor no me preocupo de la macroeconomía pero realmente me fastidia que utilicen un activo como el dinero a sus anchas para devaluar el poder adquisitivo del mismo, cuando a los ciudadanos les cuesta tanto ahorrarlo. Si cualquiera de nosotros nos pusiéramos a imprimir billetes de setenta y cinco euros nos meterían en la cárcel,…no por hacer billetes con un nominal tan raro, sino por hacerlo y querer utilizarlos en la vida real; pero si es el banco central quien los imprime … todos tan contentos.

Entiendo que el objetivo final es facilitar a Estados y bancos la reducción- vía inflación- de sus compromisos de pago y ellos son, como indican los austríacos los primeros beneficiarios por esa impresión de la nada de nueva masa monetaria;…los ciudadanos normales – que recibirán más tarde el dinero, dinero depreciado- serán los paganos de la fiesta.

Al igual que la guerra termonuclear, la guerra de divisas es extremadamente peligrosa y al igual que en la época de la Gran Depresión no alcanzará los objetivos deseados. Mark Twain decía que la Historia no se repite, …pero rima. En este caso es parecido, salvando las distancias, parece que pese a las diferencias que las hay, no aprendimos nada de la Gran Depresión de los años 30. Entonces se produjo la temida deflación por efecto de que, al no actuar la Fed de un inicio inyectando liquidez a los bancos- que ahora sí se hizo-, quebraron cerca del 30% de las entidades lo que eliminó masa monetaria de golpe; al no haber dinero, los bienes y servicios no encontraban compradores a esos precios y tuvieron que bajar. Aunque ahora tenemos un montón de liquidez que se inyectó, dicha liquidez se quedó en los bancos y estados, pero no llegó a la economía real, por lo que el efecto es parecido.

También entonces se produjo una guerra de divisas, ahora, en un mundo globalizado vuelven a las andadas. Distintas estrategias, efectos parecidos. La única ventaja es que, de momento, la situación general no ha llegado a los extremos de aquella. Twain tenía razón: no se repite, pero rima.

“Saludos profesor Falken. Curioso juego en el que el mejor movimiento para ganar es no jugar”

Un abrazo a todos y hasta el próximo artículo.