Javier Marín, un hombre de confianza para afrontar nuevos retos

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Banco Santander

Emilio Botín ha elegido a un hombre de la casa y de su plena confianza para dirigir el día a día de la mayor entidad financiera española. La decisión no era fácil. Supone poner punto y final a la etapa de un ejecutivo que ha llevado al grupo de la llama roja a convertirse en uno de los grandes bancos del mundo.

Ahora se abre una nueva fase con retos aún mayores para el banco. Si llegar es difícil, mantenerse lo es más. Ahora toca consolidar la posición como uno de los mayores grupos financieros del mundo. También tiene que demostrar que ha logrado un equilibrio entre sus negocios en los mercados emergentes y los desarrollados y que es capaz de soportar un pinchazo en uno de ellos. Y, no olvidemos, debe afrontar a medio plazo ante los inversores institucionales la sustitución de Emilio Botín.

El elegido es Javier Marín Romano, que conoce perfectamente el banco desde hace más de 20 años. Licenciado en Derecho y diplomado en Empresariales en ICADE, es un hombre de rojo desde que en 1991 entrara en la asesoría jurídica internacional de Banco Santander. Su relación con Emilio Botín se estrechó en sus cuatro años (1995-1999) dentro de la secretaría técnica del presidente. En esa época se ganó la máxima confianza del presidente que le envió como siguiente destino en 1999 a la dirección general de Banco Santander de Negocios. No era un puesto cualquiera: suponía dirigir un BSN puesto en pie por Ana Patricia Botín. Dentro de BSN, en 2000 y con su mano derecha Juan Alcaraz, decide convertir la plataforma de fondos interna del grupo en un banco que no solo ofreciera servicios a las divisiones de la propia entidad, sino que pudiera ser utilizada por sus competidores. Así nace Allfunds Bank que en la actualidad se ha convertido en la plataforma de fondos líder en Europa con más de 96.000 millones de euros intermediados.

Tras la integración de Banif en 2001, Marín se consolidó como consejero delegado de Banco Banif (fruto de la unión de Banif y BSN). Un cargo que ocupó hasta 2007, cuando fue nombrado director general de la división de Banca Privada Global del Grupo Santander. A este negocio se unió en 2009 el de la Gestión de Activos, bajo la dirección de Juan Alcaraz, y en 2010 se incorporó la actividad de Seguros. En esta última área, ha firmado alianzas estratégicas con Zurich para Latinoamérica y con Aegon para el mercado español.

Estas operaciones son el mejor ejemplo de su filosofía de trabajo: centrarse en lo que realmente se conoce para llegar a ser el mejor. Así, en Seguros no le importó dejar la actividad en manos de gigantes mundiales. Y en Gestión de Activos el propio Alfredo Sáenz reconocía en la última presentación para la entidad estar en negociaciones para vender parte de la gestora de fondos.

Marín conoce perfectamente en lo que Santander es el mejor, la distribución, y en eso debe centrarse sin importar ceder a terceros actividades que solo pueden distraer de ese objetivo. Ninguna otra división del banco ha llevado tan a rajatabla esta filosofía que continuará presente en sus próximas decisiones.

A esto se une su discreción y fidelidad al banco. En la última década ha aparecido en diferentes listas como candidato a altos cargos tanto en el grupo, como consejero delegado de Santander o de Banesto, como fuera de él. Pero a diferencia de otros jóvenes futuribles candidatos a dirigir la nave que prefirieron buscar fortuna fuera, como Antonio Horta Osorio y su salida a Lloyds Bank, Marín se ha mostrado como un hombre al servicio de la casa que se ha sabido mantener en segundo plano.

Además, sus últimos 15 años le han convertido en un profundo conocedor del mundo de la gestión de activos y de la banca privada a nivel global, con contactos en las principales gestoras internacionales. Esto le sitúa en una inmejorable posición para tratar con los grandes inversores institucionales del mundo, uno de los retos a los que se ha enfrentado el banco en estos últimos años.