Javier Alonso (Credit Suisse Gestión): “Veremos fondos con duraciones bajas que aun así perderán dinero”

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LendingMemo, Flickr, Creative Commons

Las elecciones presidenciales de Francia ponen en jaque por primera vez en el año a los mercados y a los gestores de inversiones. No obstante, lo que ocurra en el país galo no es la única de las preocupaciones que tienen los profesionales. Concretamente, hasta cinco inquietudes distintas manejan y gestionan desde Credit Suisse Gestión: inflación, política fiscal, políticos, proteccionismo y China, según su director de Inversiones, Gabriel Ximénez de Embún.

La gestora de activos de Credit Suisse en España afronta desde el optimismo y la tranquilidad estos retos. Uno de los más importantes, el del paso de la deflación en 2016 a la reflación en 2017, lo observan sus profesionales desde dos ángulos temporales distintos. Si bien factores como la digitalización, la deuda y la demografía (las 3D) son estructuralmente deflacionistas, de forma coyuntural y durante los próximos tres años podría vivirse en la economía un efecto reflacionario al retirarse los estímulos monetarios por parte de bancos centrales como la Fed y el BCE. “Podemos ver correcciones virulentas en ciertos activos en burbuja y reflación en el IPC por el aumento de salarios, pero eso será un espejismo, ya que el peso de las 3D es muy fuerte”, considera Javier Alonso, director general de la firma.

A pesar de las malas perspectivas para el mercado de deuda, Credit Suisse Gestión, con mucha experiencia en renta fija y en la gestión de coberturas con opciones, sigue detectando oportunidades en el mundo de los bonos. Según Gregorio Oyaga, su responsable de Renta Fija, “cada año suelen aparecer un par de oportunidades, y hay que saber aprovecharlas”. Hoy por hoy, su gran apuesta en este terreno es la deuda subordinada, tanto corporates de compañías muy sólidas de telecomunicaciones, energía o petróleo en España, Italia, Reino Unido o Alemania, así como Lower Tier 2 de bancos y aseguradoras.

Según Oyaga, hoy día un gestor de renta fija podría diseñar una cartera con una TIR del 3% y una duración media de tres años con estas premisas. “Prefiero estar en híbridos corporativos de compañías sólidas que en deuda sénior de compañías high yield”, afirma. Entre estos híbridos corporativos y su deuda sénior puede haber diferencias de hasta 200 puntos básicos en la actualidad, asegura. Con estas maniobras en renta fija, se pueden lograr resultados comparables a la renta variable con menos volatilidad. “Jugamos mucho la frontera difusa entre renta fija y renta variable e, incluso, a veces la arbitramos”, asegura Alonso, a quien le preocupa la situación del mercado de bonos y de aquellos inversores más volcados con la gestión tradicional, donde sólo se protege al fondo con diversificación y duraciones bajas. “Vamos a ver fondos con duraciones bajas que aun así perderán dinero si los tipos suben, porque la convexidad negativa de los bonos no se puede cubrir”, prevé.

En lo que respecta a las curvas europea y estadounidense de tipos, la americana subirá aplanándose y, la europea, con algo de pendiente, creen los expertos de la firma, que están convencidos de que, en Estados Unidos, los tipos de interés van a seguir subiendo, pero no por las políticas de Donald Trump. Las aseguradoras asiáticas y, sobre todo, las japonesas tienen mucho dinero esperando a colocar en mercado, por eso creen que comprarán deuda americana, y estas aseguradoras necesitan invertir a largo plazo. Pero también habrá aseguradoras europeas que, previsiblemente, venderán deuda europea para comprar deuda americana.

Los beneficios empresariales empujarán la bolsa europea

Si en renta fija todavía pueden encontrarse oportunidades de inversión, en renta variable el caladero es aún mayor. El foco de la firma está claramente orientado hacia Europa. “La macro explica el 75% del comportamiento del mercado y, en Europa, estamos viendo crecimiento de beneficios en torno al 13%-14% y expectativas de revisión al alza. Todo esto sirve para soportar el comportamiento del mercado en los próximos meses”, indica Patricia López del Río, responsable de Renta Variable de Credit Suisse Gestión. A esto hay que añadir que el apetito inversor internacional por los parqués europeos todavía no se ha traducido en flujos de entrada, unos flujos que, sin embargo, sí podrían verse en lo que resta de año.

La gestora está encontrando ideas de inversión en renta variable en sectores como consumo cíclico (gracias a una macro mejorando, la inflación y el crecimiento), farmacéuticas (por sus valoraciones atractivas), telecomunicaciones (con recuperación de poder de fijación de precios en modelos de convergencia) y tecnología (en este caso, más en Estados Unidos que en Europa, por su carácter disruptivo y con compañías con ventajas competitivas sostenibles y posiciones fuertes de balance).