J. P. Morgan AM aumenta su apetito por el riesgo

Para los expertos de J. P. Morgan AM, lo peor de la crisis económica ya ha quedado atrás. “Nos hallamos en un momento dulce del ciclo, que es favorable para lo activos de riesgo”, comenta Manuel Arroyo, director de Inversiones de la gestora para España y Portugal.

No obstante, para confirmar este diagnóstico será necesario que se den aún varias condiciones, como la evolución positiva de los datos macroeconómicos, la contención de los costes o la estabilidad de los precios. En este sentido, la gestora prevé en los próximos años un periodo de inflación positiva, pero menor que la que se ha producido en los últimos tiempos.

Otro factor importante a tener en cuenta será la evolución de la masa monetaria. “Esta magnitud ha crecido, pero el ritmo de crecimiento se ha estancado en EEUU y Europa. Los beneficios de la expansión cuantitativa de la base monetaria no se están trasladando al inversor final”, explica Arroyo.

Finalmente, desde J. P. Morgan también vigilan muy de cerca tanto la evolución de la política monetaria –prevén subidas agresivas a finales de 2010- como los resultados empresariales, que siendo más positivos de lo esperado, se apoyan principalmente en la reducción de gastos antes que en el aumento de los ingresos.

Activos favoritos

Aunque a corto plazo es previsible una pequeña corrección en el mercado, Manuel Arroyo explica que supondrá una buena oportunidad para entrar en los activos de riesgo. Los favoritos de la gestora son los ligados al crédito, tanto la renta fija con grado de inversión como el high yield, así como los convertibles. En deuda pública prefieren la deuda a corto plazo, con una duración media de dos años para una cartera de rentabilidad absoluta. “Las rentabilidades de los bonos se situarán en niveles planos en los próximos meses porque los bancos centrales están comprando deuda”, comenta.

En el campo de la renta variable, los mercados preferidos continúan siendo EEUU y Reino Unido y también los emergentes, particularmente la renta variable asiática.

En cuanto a las divisas, Arroyo afirma que a largo plazo el dólar tenderá a apreciarse. “No creemos que deba dejar de utilizarse como la divisa de referencia mundial. El problema es que con los tipos tan bajos se ha usado como divisa de financiación como le sucedió al yen en su momento”, dice.

La apreciación del dólar supondrá, por otro lado, que la gestora deshaga sus posiciones en oro, cuya evolución es contracíclica. En cambio, el resto de las materias primas tendrán un recorrido alcista a medida que se produzca la recuperación económica.