Italia: estos son nuestros dirigentes, si no les gustan tenemos otros

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II Fatto Quotidiano, Flickr, Creative Commons

La salida de Silvio Berlusconi en favor del tecnócrata Mario Monti proporcionó a la bolsa italiana un periodo de turbulencia que contagió al resto de bolsas periféricas en noviembre de 2011, tensionando además los diferenciales de la prima de riesgo italiana. El año pasado por estas fechas, la combinación del aparatoso rescate de Chipre con la nueva crisis del gobierno italiano, en la que Enrico Letta sustituyó a Mario Monti al frente de la presidencia del país tras un tortuoso proceso electoral, hicieron sufrir a los mercados altibajos durante un mes. Dados los antecedentes de otras crisis de la deuda soberana, la voz unánime de los inversores fue que el impacto sobre las finanzas había sido mucho más suave.

Ahora, la política italiana ha sufrido una nueva debacle, al forzar Matteo Renzi, secretario del Partido Demócrata (PD), la salida de Letta. Y sin embargo, los mercados apenas se han conmovido con este nuevo jaque mate político. ¿Es quizá por la fuerza de la costumbre?  “En un país que ha tenido 62 gobiernos diferentes desde el final de la segunda guerra mundial, la duración y la relativa estabilidad del gobierno de Enrico Letta han sido una especie de anomalía. Sin embargo, Italia aún se encuentra lejos de la estabilidad política”, afirma la experta Maria Paola Toschi en el último informe Market Insights de J.P.Morgan AM. Toschi interpreta este movimiento como la apertura de “un nuevo capítulo de incertidumbre política en Italia”.

“Los mercados esperan que el Gobierno italiano implemente reformas y conceda al país una oportunidad para una recuperación económica sostenible en el largo plazo”, asegura por su parte Marco Palacino, responsable de Italia para BNY Mellon IM. “La transición desde el primer ministro Enrico Letta a Matteo Renzi no tuvo impacto negativo ni sobre los mercados de renta fija ni sobre la confianza del inversor”, añade el responsable, que indica que, de hecho, el diferencial del bono italiano a 10 años se redujo 10 puntos básicos frente al bund, cayendo por debajo de los 200 puntos el pasado viernes 14 de febrero. Así, el bono transalpino ya cotiza en niveles que remiten a 2006, en torno al 3,6%. Palacino constata que esta estabilidad es debida “sólo en parte a la mejora de Moody's de la perspectiva de Italia desde negativa a estable, puesto que muchos analistas creen que las agencias de rating operan con un retraso de entre 6 y 12 meses respecto a las tendencias económicas actuales”.

“El resultado de las incertidumbres políticas sobre los mercados de renta fija podría haber sido más pronunciado si Italia hubiera tenido que afrontar elecciones ahora”, concluye el responsable de BNY Mellon IM. Éste hace hincapié en varios aspectos positivos que presenta actualmente la economía Italiana: “Los bonos corporativos todavía son atractivos, a medida que los temores de deflación parecen sosegarse, mientras que un nivel muy bajo de inflación concede a los inversores rentabilidades reales positivas a un nivel relativamente bajo de riesgo”.

También pone el acento sobre el hecho de que el PIB transalpino haya crecido un 0,1% en el último trimestre de 2013, rompiendo la racha de nueve trimestres negativos. “Esto envía un mensaje positivo para el mercado de deuda: las compañías italianas están empezando a crecer otra vez, y las políticas de estricta austeridad de los últimos meses han mejorado el déficit público, pero no a expensas del crecimiento económico real”, concluye Palacino.