Invesco: El inversor sabe que los problemas subyacentes de los desarrollados siguen sin resolverse

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R000pert, Flickr, Creative Commons

A pesar de que durante los últimos meses las autoridades monetarias han aprobado importantes políticas de estímulo, los inversores son conscientes de que los problemas subyacentes de los países desarrollados -sobreendeudamiento de familias y gobiernos, y bancos con aversión al riesgo- siguen sin resolverse. Así lo cree John Greenwood, economista jefe de Invesco, quien considera que estos problemas no se resolverán con una varita mágica fiscal o monetaria. “La expansión fiscal amenaza la calidad crediticia de los gobiernos, y la monetaria se enfrenta al problema de que las empresas y las familias no quieren pedir prestado y los bancos no quieren prestar”.

Según explica el experto en su Informe de Perspectivas Económicas de 2013, harán falta varios años de reparación de balances para resolver estos problemas. “Hasta entonces, es probable que el consumo privado y la inversión empresarial se mantengan por debajo de los niveles óptimos en la mayor parte del mundo desarrollado y que los mercados bursátiles no consigan satisfacer las expectativas. Además, los tipos de interés de referencia se mantendrán en mínimos históricos, por lo que los inversores seguirán buscando mayores rentabilidades durante más tiempo”, señala Greenwood.

Por otro lado, los países emergentes cuentan con balances mucho más saneados. “Sin embargo, muchas de esas economías dependen en exceso de sus exportaciones a los países desarrollados por lo que, al final, se verán también afectadas por la reparación de balances de las economías desarrolladas”. Eso sí: China y la mayoría de los países asiáticos repararon sus balances tras las crisis financieras de los 90 y no participaron en la burbuja inmobiliaria y del crédito entre 2002 y 2008. Por eso no se enfrentan a los mismos problemas que Estados Unidos, el Reino Unido y la eurozona. “Aun así, la economía china se ha enfriado mucho más de lo que indican las cifras oficiales por el impacto de diversos factores, tanto internos como externos”, indica el experto.

El cambio de liderazgo político está retrasando la coordinación de una respuesta oficial ante la desaceleración, agravada además porque su economía se concentra en las exportaciones y las inversiones en capital fijo, dos sectores muy afectados por la crisis económica mundial. “El crecimiento chino ha empezado por fin a estabilizarse tras la fuerte desaceleración registrada en los primeros ocho meses de 2012 por el debilitamiento de la demanda interna y externa. De acuerdo con mi estimación del PIB, que se basa en datos objetivos como el consumo eléctrico, el transporte ferroviario de mercancías y el volumen real de préstamos bancarios, en agosto y septiembre la economía china perdió casi tanto impulso como durante la crisis de 2008-2009”.

La economía europea: PIB e inflación

En lo que respecta a las economías desarrolladas, las previsiones de Greenwood para 2013 no son muy boyantes. En el Viejo Continente, estima que el PIB real registre tasas negativas del -0,2% y que la inflación se mantenga cerca del 1,7%, debido al lento crecimiento monetario y del crédito, así como a las altas tasas de desempleo y el exceso de capacidad. “La situación financiera de las familias es muy diversa en los diferentes países de la eurozona, pero en general las economías en crisis registran niveles de endeudamiento elevados, precios bajos de la vivienda y altas tasas de desempleo, mientras que en las economías del norte de Europa, los balances están más saneados”.

En Alemania, por ejemplo, los hogares llevan reparando sus balances desde el 2000, lo que ha permitido que el país pueda controlar sus costes y mantener el consumo. Aun así, el crecimiento económico y la confianza de los inversores se han debilitado en los últimos meses incluso en las economías del norte de Europa, debido a la caída de las exportaciones a los países de la periferia y los mercados emergentes. “Básicamente, la situación de la periferia empieza a afectar también al norte de Europa”, asevera Greenwood.

La economía de Estados Unidos: PIB e inflación

Otra cosa es la situación de Estados Unidos donde, en su opinión, la reelección de Obama y el temor a una nueva recesión han sido suficientes para alcanzar un compromiso, aunque quizás no sean suficientes para eliminar completamente la amenaza. “Por lo tanto, espero que en 2013 el crecimiento del PIB estadounidense vuelva a situarse cerca del 2%. Por otro lado, la Fed anunció que ampliará la compra de activos en el marco del QE3 hasta los 85.000 millones netos de bonos del Tesoro y MBS al mes y que continuará con el programa de compra durante todo 2013. “Estimo que la inflación, que depende principalmente del crecimiento de la oferta monetaria y no del tamaño del balance de la Fed, se mantendrá bajo control cerca del 1,7%”.