Invertir en rentas con una perspectiva multiactivo

Lucia
J.P.Morgan AM

TRIBUNA de Lucía Gutiérrez-Mellado, subdirectora de Estrategia para Iberia,J.P.Morgan AM. Comentario patrocinado por J.P.Morgan AM.

Las rentas y la rentabilidad del capital son dos de las formas mediante las que los inversores pueden obtener ganancias en sus carteras. La inversión en rentas consiste en seleccionar títulos que generan un flujo de efectivo constante, como los bonos tradicionales y los valores que reparten dividendos. Se trata de un planteamiento que utilizan habitualmente aquellos inversores que optan por una menor volatilidad o que desean obtener los pagos frecuentes que ofrecen los títulos o las estrategias generadoras de rentas. Sin embargo, son muchos los tipos de inversores que también pueden beneficiarse de este enfoque.

Ahora que las tires registran niveles muy bajos en todo el mundo, las rentas constituyen una fuente de rentabilidad que no se puede ignorar. Para obtener acceso a dichas rentas, los inversores deben mirar más allá de las fuentes tradicionales y considerar la inversión en multiactivos. Aunque quizás implique asumir mayores riesgos, contar con una cartera bien diversificada puede contribuir a reducir la volatilidad.

Dentro del espacio de la renta fija, merece la pena considerar la deuda de mercados emergentes como una fuente de rentas. De hecho, la tir de los índices de bonos de mercados emergentes en divisa local es muy superior a la de sus contrapartes, tanto en términos absolutos como de desviación con respecto a los niveles históricos. Sin embargo, el universo invertible de la deuda de mercados emergentes ha aumentado de manera significativa en los últimos años, circunstancia que hace que la gestión activa sea clave a la hora de buscar las oportunidades más atractivas y evitar aquellas que plantean el mayor riesgo.

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La renta variable puede proporcionar rentas atractivas

Pese a que el término renta fija se asocia comúnmente con las rentas, también conviene contemplar la renta variable como una fuente de generación de rentas. De hecho, los dividendos que ofrecen las acciones pueden proporcionar un flujo de rentas constante. Desde una perspectiva a largo plazo, los dividendos han representado más del 40% de la rentabilidad total de la inversión en renta variable. Tanto es así que desde los años 1920, los dividendos del S&P 500 en el mercado estadounidense han ofrecido rentabilidades atractivas en todas las décadas.

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La inversión en renta variable centrada en la obtención de rentas es también una buena forma de prestar atención a la calidad de las empresas disponibles en el mercado. Un ejemplo de ello es el espacio de la renta variable de mercados emergentes, en el que se incluyen más empresas que abonan dividendos elevados (entendidos como una tir superior al 3%) que en ninguna otra parte del mundo.

Por tanto, los inversores deben barajar la posibilidad de diversificar sus carteras por otras clases de activos y regiones con el fin de obtener un mayor volumen de ingresos. El nivel de tir que ofrece cada mercado varía en función de los precios y los acontecimientos macroeconómicos y políticos, y contar con un enfoque versátil hacia el income investing puede contribuir a identificar las mejores oportunidades.

Fuente de los gráficos: JPMorgan Asset Management, Guide to the markets – Europa, 3T 2017