Invertir en fondos de inversión: la gran revolución de la banca

Inigo_Bilbao_Goyoaga_05_2016
Cedida

TRIBUNA de Iñigo Bilbao-Goyoaga, especialista en Fondos de Inversión e Inversión colectiva.

Bilbao siempre fue conocida como ciudad industrial tanto por sus altos hornos como por la polución generada por ellos y una ría del Nervión pestilente y contaminada. Pocos recuerdan ya que Bilbao fue además una ciudad de banqueros en la que por supuesto como en Mary Poppins, hubo runs bancarios (los más recientes en los años 20 del siglo XX).

Fue en aquella ciudad donde nací donde despertó mi inquietud por la banca. Probablemente fue un despertar muy temprano digamos en los años 70, cuando el banco de Vizcaya, anticipándose a que de noche iba a ser otra mujer, construyó una torre muy moderna en plena Gran Vía bilbaina. Bilbao fue pionera en las tarjetas de crédito, eso es muy conocido, pero pocos saben que también fue pionera en los fondos de inversión. Pronto, además de a aquellas noches mágicas, los banqueros bilbainos descubrieron el otro camino, el de la inversión colectiva, un producto revolucionario que iba a ser para todos los ahorradores desde los más ricos a los más humildes.

La inversión colectiva es la gran revolución de la banca. Hasta entonces los asesores bancarios estaban reservados a las más altas fortunas, mientras que la inversión colectiva iba a dar entrada a grades cerebros de la inversión a todos los hogares, desde los más humildes a los más acaudalados y desde un numero de participaciones muy pequeñas (algo así como la televisión). Aquello era un invento muy superior a las propias bolsas de comercio. Por un lado los inversores iban a tener acceso a empresas inimaginables sitas en los más recónditos lugares y por otro las empresas iban a disponer de inversores en todos los continentes, y todo desde una gestión profesionalizada, seria y con garantías legales. ¡Una revolución de chaqueta y corbata!.

Y llegados al siglo XXI, ya con internet de por medio, el acceso a estos fondos de inversión gestionados en Londres, Paris, Boston, Nueva York, Zurich, Ginebra, Singapur, Hong Kong....Madrid por supuestos carísimos cerebros, es ahora a través de plataformas digitales un sueño hecho realidad al alcance de cualquier bolsillo.
Cuidemos nuestra industria, hagámosla fuerte, quedémonos en el 73, y como Alaska, a disfrutar del Rey del Glam.