Inversión sostenible: el momento ha llegado, ¿y por qué no con ETF?

THEMUDO
Cedida por BlackRock

TRIBUNA de Andre Themudo, responsable de distribución para BlackRock en España. Comentario patrocinado por BlackRock.

La tendencia de crecimiento de las inversiones con criterio ESG las ha llevado a ser no solo una forma de cumplir el deseo de los inversores de contribuir positivamente a la sociedad, mitigar riesgos o tener exposición a oportunidades de mercado nicho, sino que un creciente marco teórico basado en la investigación y el análisis demuestra que aquellas compañías que gestionan con éxito aquellos riesgos y oportunidades derivados de la sostenibilidad tienen un mejor comportamiento en el tiempo.

Estos claros beneficios han llevado a estas inversiones a ser muy populares. Nuestras transcripciones1 muestran que hoy en día, de media, una compañía del S&P 500 cita términos relacionados con asuntos ESG unas 10 veces durante una teleconferencia de publicación de resultados empresariales, destacando en mayor medida las del sector consumo. Hace una década solo se mencionaban términos relacionados en 6 ocasiones. En términos de captaciones, la tendencia es aún más notable:  el universo de soluciones dedicadas a inversiones ESG ya representa unos $750.000 millones entre fondos de inversión y ETFs europeos y estadounidenses. Europa lleva la delantera, con un 71% de estas inversiones. Si incluimos aquellas estrategias que aplican filtros negativos o excluyentes, los activos bajo gestión alcanzan aproximadamente los $23 billones, según Global Sustainable Investment Alliance.  Como comentó Larry Fink, CEO de Blackrock, en su carta a los CEO de 2018, “La capacidad que tiene una compañía de gestionar sus aspectos medioambientales, sociales y de gobierno corporativo demuestra su liderazgo y buen gobierno. Ambos aspectos son claves para un crecimiento sostenible”.

¿Cómo promover esta tendencia como inversor de una forma que minimice los riesgos, incremente el impacto y sea financieramente rentable? Desde Blackrock creemos que los ETFs son la herramienta a tener en cuenta para las inversiones ESG. Por un lado, hay una gran cantidad de activos disponibles a nivel global en estos vehículos –y podrían alcanzar los 12 billones de dólares estadounidenses en los próximos cinco años–. Por el otro, los beneficios inherentes de los ETF como su liquidez diaria, bajo coste y transparencia, harán que estos jueguen un papel importante en el futuro crecimiento de la inversión sostenible: las previsiones de crecimiento son apabullantes. Prevemos que la industria crezca de los $25.000 a los $400.000 millones de activos bajo gestión para 2028.

Como el principal proveedor de ETF sostenibles, incluyendo el ETF de bajas emisiones de carbono con más activos de la industria, hemos visto que la generación de valor en inversiones sostenibles se basa en cuatro pilares. Primero, el conocimiento, para desarrollar una visión clara sobre cómo los aspectos de medio ambiente, social y gobierno corporativo afectan al riesgo y la rentabilidad de las inversiones. Segundo, la integración, para poder incorporar el cuerpo teórico y práctico disponible en nuestros procesos de inversión. Tercero, ofrecer soluciones sostenibles que permitan a nuestros clientes alcanzar sus objetivos financieros. Cuarto, debemos contribuir a la sostenibilidad de los retornos y utilizar nuestra voz y nuestro voto para trabajar con las compañías en las que invertimos.

Este último punto es clave, pues sabemos que las compañías con prácticas de gobierno corporativo sólidas, incluyendo cómo gestionan los aspectos medioambientales y sociales de sus operaciones, contribuyen a mitigar el riesgo a largo plazo y por tanto ofrecen una rentabilidad más ajustada al riesgo. Así, trabajamos con las compañías que constituyen nuestras carteras de gestión activa e indexada por igual para animarlas a adoptar prácticas consistentes con la generación de beneficios sostenibles a largo plazo. Tanto las conversaciones que tenemos con los directivos de las compañías en las que estamos invertidos como nuestros votos en las juntas generales de accionistas son instrumentales para demostrar si estamos de acuerdo o en desacuerdo con determinadas políticas.

La inversión utilizando criterios ESG puede presentarse en variedad de formas y no tiene por qué ser una decisión de todo o nada. En BlackRock creemos que la combinación de conocimiento medioambiental, social y de gobierno corporativo con enfoques de inversión tradicionales puede resultar en una mejor rentabilidad. La implementación de criterios ESG puede ser ajustada a las motivaciones y objetivos de la inversión, pudiendo establecerse dos categorías principales. Una opción es evitar, lo que significa eliminar exposiciones a compañías o sectores que puedan suponer riesgos o ir en contra de los valores del inversor (por ejemplo, tabaco, armas o energías fósiles). La otra opción es avanzar, que implica alinear la inversión de capital con ciertos objetivos de impacto a la vez que se busca una rentabilidad económica.

Hay muchas formas de “avanzar”. Por un lado, está la utilización de criterios de ESG como una capa adicional en el proceso de inversión tradicional, con el objetivo principal de identificar riesgos y oportunidades relacionados con criterios ESG. Lo siguiente sería la inversión temática con el objetivo de capturar oportunidades específicas en áreas como energías bajas en emisiones de carbono o vehículos eléctricos. Le sigue la inversión de impacto, donde los inversores buscan resultados tangibles, como por ejemplo un fondo específico de energías limpias que además genera un retorno atractivo ajustado al riesgo.

Nos tomamos muy en serio la voz y el voto que tenemos en las compañías en las que invertimos y frente a las que representamos a nuestros clientes. Por eso nuestro equipo de BlackRock Investment Stewardship se encarga de definir cuál es la mejor estrategia que defiende los intereses de nuestros clientes. En 2017, este equipo mantuvo conversaciones con más de 1.500 compañías, abordando la sostenibilidad de su modelo de negocio y las prácticas de su gobierno corporativo. Nuestro objetivo es duplicar el tamaño de este equipo, con vistas a incrementar este tipo de interacciones tan necesarias para cumplir con nuestras obligaciones fiduciarias.

Así, y considerando los puntos enumerados sobre las tendencias de ESG, su impacto positivo social y financieramente y la gran capacidad y facilidad de inversión que los ETFs dan en compañías que apliquen estos criterios, desde Blackrock continuaremos apostando por tomar esta senda de crecimiento y ofreciendo a nuestros clientes oportunidades de inversión que honren sus valores y contribuyan a lograr sus objetivos financieros.

1: Fuente: BlackRock Investment Institute con datos de FactSet, abril 2018.

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