Inversión por estilos: ¿hacia dónde se dirige el dinero?

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Juandao, Flickr, Creative Commons

A menudo, los flujos hacia ETF son analizados para detectar tendencias que permitan averiguar hacia qué estilos de inversión se dirige el dinero. Una de las formas de hacerlo es tomar como referencia los fondos de smart beta, una tipología de productos que cada vez está ganando más activos. A principios de año había en estos ETF 705.000 millones de dólares a nivel global, según datos de Morningstar. A cierre de junio, ese patrimonio alcanzaba los 832.000 millones. En total, 128.000 millones más. La mayor parte de ese crecimiento patrimonial viene explicado por el efecto mercado (prácticamente 100.000 millones), mientras que el resto proviene de los flujos que han ido captando las distintas estrategias encuadradas dentro del smart beta. 

Desgranando las cifras se pueden observar tendencias muy interesantes. La primera y más significativa: el gran interés que están recibiendo los ETF de mínima volatilidad. Es la tipología de fondos cotizados de smart beta que más captaciones ha recibido en la primera mitad del año en términos absolutos, con 11.600 millones más, pasando de los 55.000 a los 75.000 millones en activos en seis meses. En términos porcentuales el crecimiento es del 15,6%.

La segunda tendencia más relevante es la tracción que están ganando los ETF que siguen el factor Quality (calidad). A pesar de ser una de las categorías de smart beta que históricamente han tenido un menor volumen de activos, su crecimiento en el primer semestre ha sido muy rápido, al pasar su patrimonio de 11.500 millones a 18.000. La mayor parte de ese crecimiento se explica por los flujos de entrada netos (4.200 millones).

El fuerte incremento de activos registrado en lo que llevamos de año en estrategias de mínima volatilidad y calidad dejan muy claro una cosa: la visión más defensiva con la que están posicionando los inversores sus carteras en 2019. No hay duda de eso. Como tampoco la hay de que, en smart beta, no todas las estrategias están teniendo una favorable acogida. Los ETF con sesgo value, por ejemplo, vieron incrementados sus activos en casi 20.000 millones en la primera mitad del año, si bien esta tipología de productos registró reembolsos netos por valor de 3.700 millones.

A continuación se presenta la tabla con la evolución patrimonial registrada por las distintas categorías de ETF de smart beta en la primera mitad del año:

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