La pandemia nos ha enseñado que a la humanidad la acechan riesgos para los que no estamos preparados. Al COVID-19 se le ha hecho frente a nivel global con todos los medios al alcance en todos los ámbitos, el sanitario, económico, monetario… Pero no es el único peligro a nivel planetario al que nos enfrentamos. Otro es el cambio climático, y uno y otro están conectados. Por suerte, sabemos lo que hay que hacer frente al segundo. De hecho, su gestión ya forma parte de las políticas de gobiernos, organismos, empresas…, y también de la manera en la que los inversores deciden asignar sus recursos.
¿Cuáles son las consecuencias de esta firme apuesta por la sostenibilidad en el mundo de la gestión de activos? Varios gestores debaten sobre ello en un desayuno patrocinado por BNP Paribas AM y moderado por la directora de Análisis de FundsPeople, María Folqué.
Victoria Torre, responsable de Producto y Análisis y Selección de Fondos en Singular Bank, explica que hace unos años alguien se podría preguntar si quería ser sostenible o no; ahora eso es prácticamente imposible. “Ya no se trata de que los fondos miren esta temática, es que hablamos de principios que ya están incluidos dentro de los criterios de selección de las compañías que integran gran parte de los fondos”. Destaca, además, que es algo de lo que están muy concienciadas las nuevas generaciones.
También hace hincapié en la conexión entre el COVID-19 y el cambio climático. En primer lugar, “se ha demostrado que, precisamente, en aquellos países en los que hay una mayor propagación son aquellos donde hay una más elevada contaminación, y, por tanto, es algo que ya afecta directamente a nuestra salud. Añade que hay estudios que muestran que la subida de temperatura está descongelando determinados virus para los que no estamos inmunizados. Y una tercera conexión con la pandemia que apunta es que durante la primera etapa de la crisis, la del confinamiento, se ha demostrado que “el mundo se para y las emisiones de CO2 disminuyen”. Concluye que “van muy unidos la preocupación por el cambio climático con este tipo de enfermedades. Pensamos que se volverá a poner encima de la mesa el debate y que se pondrán más medidas para intentar paliar esta situación”.
Patricia Pomares, gestora sénior de Selección de Fondos de Terceras Gestoras en CaixaBank AM, cuenta que hace un año lanzaron el fondo Selección Futuro Sostenible, centrado en retos como la transición energética o el cambio climático, que cada vez cobran mayor atención en la sociedad, y que está teniendo gran aceptación entre sus clientes. Afirma que “hay una aceleración en la búsqueda de soluciones verdes, ahí está, por ejemplo, la actitud de la Comisión Europea que está poniendo en el punto de mira la mejora en la eficiencia de los suministros públicos no contaminantes y renovables", lo que supone una muy buena oportunidad de inversión. “Todo lo que tenga que ver con la lucha contra el cambio climático nos resulta especialmente interesante”, añade.
No solo reflexiona sobre la A (Ambientales) de los criterios ASG si no también sobre la S (Sociales): “No están tan desarrollados en la inversión, quizá porque es difícil medir la parte social de las compañías, el beneficio futuro que se pueden derivar de los beneficios sociales. En cambio, en el caso del medioambiente sí que se está viendo una gran fuerza de inversión, tanto pública como privada”.
Antonia Conde, responsable de Gestión de Activos en Renta 4, coincide en que la ASG es una tendencia que ha tomado protagonismo con esta crisis gracias a los proyectos en el ámbito de los gobiernos, pero también al cambio de hábitos de la sociedad. Tras el confinamiento y la crisis provocada por la pandemia “se tiende a comprar cosas más locales, que puedan tener un impacto más directo sobre las zonas donde hay más problemas de empleo. Nuestros hábitos y esa menor globalización forzada por el coronavirus nos llevan a ser más responsables y más sostenibles a la hora de consumir”.
Asegura que la sostenibilidad es un gran tema transversal, “se aplica lo mismo al sector de la alimentación, que al de salud, transportes, o a proyectos de infraestructuras de energías renovables. Es un gran tema que generalmente está embebido ya en todos los fondos temáticos”.
“En BNP Paribas AM llevamos más de 10 años hablando de sostenibilidad, pero no todo el mundo tenía apetito. Observamos un cambio hace unos tres años, y ahora se ha producido un punto de inflexión. Antes muchos pensaban que invertir en sostenibilidad suponía renunciar a rentabilidad. Esta crisis ha demostrado que eso no es cierto. La sostenibilidad no solo no ha restado sino que ha aportado muchísimo rendimiento y ha mitigado riesgo/volatilidad. Puede que sea la receta perfecta para curar todos los males”, afirma Sol Hurtado de Mendoza, directora general de la gestora para España y Portugal.
Considera, además, que “ahora todos tenemos que hacer mucha labor de estudio para ver lo que realmente es sostenible y lo que no lo es, o no lo es tanto. Es crucial la forma en la que se invierte y en la que uno se compromete con las empresas para conseguir que vayan en la dirección que uno considera que es la adecuada”. Coincide con el resto de las ponentes en que el paquete de ayudas de la Unión Europea (755.000 millones, de los que 250.000 se va a destinar a economía verde) “va a ser un motor espectacular de crecimiento, y es ahí donde hay que estar, y ahí donde va a haber oportunidades como no las ha habido nunca antes”.
