Inventario

Nuevo post del blog de María Folqué y Montserrat Formoso de Funds People.

Schadenfreude: alegría por la desgracia ajena. Bildungsroman: novela de aprendizaje que refleja la pérdida de la inocencia. Polyarnik: Miembro del servicio meteorológico ruso destinado más allá del círculo polar ártico. Hay veces en las que se echa de menos que no haya más palabras de esas que cuentan muchas cosas en una. Esta semana necesitaríamos una que aglutinara alucine, tristeza, confusión, miedo y desolación. No sabemos si sería de gran ayuda, pero poderle poner nombre a las cosas siempre es un gran consuelo. No en vano Chesterton opinaba que la lista de objetos salvados del naufragio en “Robinson Crusoe” era una de las piezas más poéticas de la literatura universal. Poder nombrar lo que no se ha perdido.

O sea que en semanas así lo mejor es rebuscar entre lo bueno y hacer inventario. Por ejemplo, creemos haber detectado algunos rastros de química personal entre Tsipras y Ángela. Ilusas, dirán ustedes, aguafiestas, les replicamos. Había algo bonito en esa comparecencia, aunque Alexis esté pesadísimo con lo de las reclamaciones de guerra y Ángela estuviera un poco tensa, nos da la sensación de que entre ellos hay mejor rollo que entre Varoufakis y Schauble. A las puertas de la primavera y con el romanticismo a flor de piel nos imaginamos un final feliz en la terraza de un restaurante encalado de cualquier isla griega, con mesas con manteles de cuadros y retsina, schnaps y taramosalata para todos. Y si nosotras podemos imaginarlo ¿por qué no ellos, eh?

Luego está lo de la inflación americana, que vuelve. Bueno, esto es un poco exagerado, pero el caso es que la subida de dos décimas en febrero ha situado a la interanual en un 0.0%, como la cerveza sin alcohol. Janet hija, si es que son todo facilidades. Te lo mereces. Y lo sabes. Y España crece. El Banco de España ha aumentado las previsiones de crecimiento para este año hasta el 2,8%. Hasta en Alemania hablan razonablemente bien de nosotros, eso sí, barriendo para su casa. Esta semana el diario Der Spiegel decía que el éxito de encauzamiento de nuestra economía se debe a haber copiado el modelo de crecimiento alemán: exportar, exportar y exportar.

Pero también señala el artículo las mayores debilidades de nuestro sistema: el elevado desempleo que disminuye lento y el exceso de gula de inversión pública en algunos proyectos de infraestructuras “que rayan lo megalomaniaco”. Y entonces llega el informe sobre la rentabilidad de las líneas de alta velocidad en España por parte de Fedea, para decir que los kilómetros y kilómetros de redes vertidos por la meseta y más allá no son rentables, y no lo son ni para las empresas ni para los ciudadanos. La clave, poco viajero para mucha vía: la demanda no es, ni será suficiente, para generar los ingresos precisos. Pero, ¿y lo bonitas que han quedado las fotos de inauguración, eh?

Otra cosa que no es eficiente en la sociedad actual –aunque depende de a qué organismo le encarguen el estudio- es el cambio de hora. Sin sentido económico para tiempos modernos, puede, jet lag en las personas altamente sensibles, también, pero ¿y lo que dan de sí los días?. Ya lo dijo William Willet, constructor inglés e impulsor del horario de verano en Reino Unido, “es útil para jugar al golf”.

Terminamos con inteligencia, concretamente la de John Nash y Louis Nirenberg reconocidos con el premio Abel de matemáticas, el equivalente al Nobel en dicho campo creado en 2003, “por sus notables y fecundas contribuciones a la teoría de ecuaciones en derivadas parciales no lineales y sus aplicaciones al análisis geométrico”. Sí, a nosotras también nos suena a chino, pero para los matemáticos dichas aportaciones son más importantes que las realizadas en el campo de Teoría de Juegos, trabajo por el que recibió el Nobel de Economía en 1994. No nos consta, sin embargo, la opinión de dichos matemáticos sobre su contribución en la estrategia del pille.

 

Buena semana.