Ingeniería médica: El diamante en bruto de la inversión en el sector salud

Mientras que en 2011 fueron las acciones farmacéuticas las que llevaron el sector salud al estrellato, este año son las cotizaciones de las acciones de ingeniería médica las que muestran un elevado potencial de crecimiento. Debido a su capacidad defensiva, en tiempos de incertidumbre macroeconómica, el sector salud constituye una apuesta relativamente segura. Dentro de este sector, las acciones de ingeniería médica ofrecen prometedoras posibilidades de inversión gracias a sus fuertes y duraderos factores de crecimiento y a un elevado potencial de innovación.

El sector salud se compone en diferentes subsectores: la ingeniería médica, la industria farmacéutica, la biotecnológica y los proveedores de servicios sanitarios (seguros de salud, clínicas y laboratorios). La ingeniería médica abarca toda la gama de ofertas con las que se encuentra un paciente en el transcurso de un tratamiento: desde los sencillos artículos desechables y los análisis sanguíneos hasta los equipos en hospitales y clínicas, pasando por implantes. Las compañías aseguradoras reembolsan la totalidad de gran parte de los productos, aunque también hay segmentos de mercado que sólo se reembolsan parcialmente (p. ej. audífonos o implantes dentales) o que no se reembolsan en absoluto, como los tratamientos puramente estéticos y, por ello, dependen del comportamiento del consumidor.

Estados Unidos es, por delante de Japón y Alemania, el principal mercado, aunque países emergentes como China, India y Brasil cobran una creciente importancia. Desde el punto de vista de los fabricantes, las empresas estadounidenses suponen aproximadamente el 70% del mercado.

Creemos que la inversión en ingeniería médica se beneficia fundamentalmente de dos factores:

1. La esperanza de vida cada vez mayor de la población mundial y el incremento de enfermedades crónicas aumentan la demanda de servicios sanitarios. Entre 2000 y 2025 se duplicará el número de personas mayores de 60 años hasta casi 1.200 millones, aunque el mayor aumento se producirá en los países emergentes.

2. Los países recientemente industrializados aspiran a una mejora de los servicios sanitarios, lo que resulta en una mayor necesidad de inversión y una mayor demanda. En estos países, el gasto medio en salud por habitante se encuentra considerablemente por debajo de 1.000 USD anuales, mientras que en la mayoría de los países industrializados se sitúa entre los 4.000 y 8.000.

Las empresas de ingeniería médica tampoco pueden escapar totalmente de las condiciones del mercado, dominadas actualmente por las medidas de ahorro gubernamentales. A partir de 2013, en Estados Unidos se suprimirá un 2% del presupuesto estatal, lo que afectará directamente a los hospitales e, indirectamente, a la ingeniería médica. Los seguros aumentan los requisitos psicológicos para las intervenciones médicas y, de este modo, consiguen que se realicen menos intervenciones.

Las empresas responden a estos retos de diversas maneras. En primer lugar, se llevan a cabo extensos programas de reducción de costes. Las medidas de ahorro afectan, de nuevo, sobre todo a la distribución. Estas medidas se introdujeron por primera vez de forma decisiva en 2011. El potencial de ahorro de las empresas de ingeniería médica es, por tanto, lo suficientemente grande como para mantener la rentabilidad a largo plazo de forma sostenible. Un desarrollo que la industria farmacéutica ya había anticipado.

La segunda tendencia, determinante para el éxito a largo plazo, seria mantener o subir los precios a través de productos innovadores. Pueden incluso abrirse segmentos de mercado completamente nuevos para solucionar problemas clínicos no resueltos con nuevos enfoques. Las empresas de ingeniería médica obtienen un mejor posicionamiento si, a través de la innovación, impulsan el cambio estructural del sistema sanitario.

Por poner un ejemplo, gracias a modernos procedimientos mínimamente invasivos (p. ej. válvulas cardiacas transcatéter Edwards), se puede reducir notablemente el periodo de convalecencia y, con ello, el uso de servicios médicos, lo que conlleva un gran ahorro de costes. Asimismo, el desarrollo de nuevos y eficientes canales de distribución así como de productos con precios económicos (p. ej. pruebas de audición y audífonos de Sonetik) fomentan el cambio estructural que mantiene los costes bajo control. Estas empresas disponen de una red con la que capturar una demanda estable y de la capacidad para resistir turbulencias macroeconómicas.

La industria de la ingeniería médica destaca por un elevado grado de innovación, superior a la media. En el desarrollo de productos se presta un interés especial a las necesidades de los países emergentes. Las empresas de éxito no solo exportan desde los mercados establecidos, sino que desarrollan y producen in situ productos específicos para estos mercados.

El sector ha experimentado una nueva valoración en los últimos años. En las condiciones actuales del mercado, los inversores deberían tener en cuenta un previsible aumento de la demanda en el sector de la ingeniería médica. Al mismo tiempo, la presión en los precios debería ser moderada, en comparación con otros sectores. En líneas generales, el sector permite cualquier tipo de posicionamiento, ya que comprende una variedad de acciones con rendimientos seguros así como títulos de marcado crecimiento. Además, la estabilidad de la demanda y la capacidad de adaptación de las empresas, a través del elevado potencial de innovación y reducción de costes, actúan como red ante los retos actuales. En definitiva, los factores positivos predominan en relación con los demás sectores.

Por tanto, las inversiones en empresas del sector salud que no sean las grandes multinacionales siguen ofreciendo un potencial interesante. Pero se recomienda concentrarse en compañías que desarrollen tratamientos médicos revolucionarios y tratamientos económicamente eficientes. También las empresas con actividades en los mercados emergentes están entre las favoritas.