Por fin se publicaron los esperados datos de la auditoría encargada a los hombres sabios y ya tenemos nuevos titulares para sustituir a los relativos a la prima de riesgo. ¿Son suficientes los 60.000 millones? ¿Pedirá el Gobierno los 100.000 millones que le han ofrecido? ¿Qué bancos solicitarán ayuda? ¿Cómo se materializará la ayuda y cuándo se solicitará? Se nos ocurren más, pero desde estas líneas queremos hacer una reflexión sobre las condiciones estimadas en el informe, para que se produzca el resultado previsto.
Los informes parten de dos escenarios, el malo y el probable, adverso lo denominan, si no se cambian las condiciones macro actuales. Echamos en falta una previsión más allá del 2014 y
no entendemos muy bien por qué se hace el corte en este año. No queremos ser mal pensados, pero quizás sea porque más allá de la fecha es que hemos vuelto a las pesetas convertibles, si se cumplen las previsiones.
Esas previsiones serían: En primer lugar, un crecimiento negativo para este año y los próximos, -1,7% o -4,1% es la diferencia entre lo estimado y lo adverso para el 2012. En segundo término, una inflación positiva (+1% o 0%) y una tasa de paro que no baja, se valore de una forma u otra, del 23,8%, pero que puede alcanzar el 27,2% si nos ponemos a seguir sacando titulares en vez de trabajar. También tipos de cambio euro/dólar por encima de 1,33, para que sigamos teniendo la impresión que pertenecemos a un club exclusivo. Además, un Ibex negativo, hasta -51,3% para este año en el escenario adverso y ligeramente negativo o plano en los siguientes. El dato es posible y tampoco está tan lejos del base de -14,60%, si partimos del hecho de que uno de los ítems que reduce las necesidades de capital de los bancos son la estimación de un porcentaje adecuado de desapalancamiento. Esto supone venta de participadas.
Otros factores son la tasa de crédito negativa (-3,8% o -6,83%), tipos de interés de la deuda a diez años por encima del 6,4% en el mejor de los escenarios y rebasando ampliamente el 7% para el probable, tipos de interés que implican intervención, así como los precios de las viviendas cayendo, entre un 9,9% y un 26,4%, para los próximos tres años y unos precios del suelo hundidos, de un 42% a un 72%.
Éste es el panorama que nos describen en su base and adverse scenario. Nos preguntamos
qué activa uno u otro, porque las consecuencias de cualquiera de los supuestos las podemos imaginar pero nos negamos a detallar.
Y ahora viene lo mejor del informe. Los bancos van a ganar dinero los próximos años, se
mire por donde se mire, en una cuantía suficiente como para sufragar las nuevas necesidades de capital previstas. Da igual que no den préstamos, que el precio del suelo que tienen que tienen en el balance, 260.000 millones, se hunda o que bajen los precios un 25% en las viviendas que sirven de colateral a los más de 600.000 millones que tienen de préstamos hipotecarios: su capacidad de seguir generando beneficios se estima, en el peor de los escenarios, entre 64.000 y 68.000 millones de euros.
Incluso si se cumplen las leyes de Murphy, a falta de otra mejor explicación para el fatal desenlace, crecen sus beneficios entre un +1%/+10%, manteniendo unos márgenes de intermediación del 2% y comisiones estimadas del 0,6% sobre la cartera de préstamos. Todo esto con tipos de interés para el corto plazo, tres meses por debajo del 1%, en sus previsiones trianuales.
Hay algo que se nos debe escapar a nuestra comprensión, porque en el basis o el adverse,
no se salva nadie, todo el mundo pierde, menos los bancos. Curioso. Como señalaba alguien, quizás deberían cobrar en stock options los auditores ante esa muestra de fe en nuestros bancos…