“India, Brasil, Rusia y Turquía, países con creciente población joven que crean potencial de inversión"

Desde Fidelity apuntan también al éxodo rural y la urbanización como otra de las tendencias demográficas claves para las economías emergentes. “Las previsiones apuntan a que dentro de 20 años, más del 60% de la población mundial vivirá en un medio urbano (actualmente lo hace el 50%). Dicho de otro modo, durante los próximos 20 años, las ciudades tendrán que absorber entre 700 y 1.000 millones de personas más, lo que obligará a construir o ampliar carreteras, ferrocarriles, redes eléctricas, telecomunicaciones y sistemas de suministro de agua”, opinan desde la gestora. En este sentido, países como la India o China ya han anunciado inversiones multimillonarias en grandes proyectos de infraestructura, pero existen otros sectores que también se benefician de los cambios demográficos actuales, como los productos de consumo, la atención sanitaria y la educación.

Sin embargo, en AXA Investment Managers advierten advierten de que los países emergentes están experimentando un desfase entre el desarrollo económico y social y el fortalecimiento de las instituciones políticas que puede desembocar en revueltas sociales como las vividas en Europa en el siglo XIX o, más recientemente, en países como Brasil o Turquía. “Estos movimientos de protesta tienen muy poco que ver con otros como la Primavera Árabe. La principal diferencia −explican desde la gestora− es que los manifestantes no persiguen derrocar a un gobierno absolutista ni defienden un ideario religioso, sino que se trata de ciudadanos de clase media que protestan contra una decisión del gobierno que afecta a su vida diaria, como la propuesta de darle un uso distinto al actual a la plaza Taksim de Estambul, el aumento del precio del billete de autobús en Brasil, o el incremento de los precios de la energía en Bulgaria o Indonesia”.

La clase media es el segmento de población que más crece en el mundo pero, según AXA IM, “las estructuras institucionales existentes no se ajustan a las aspiraciones de progreso económico y social de este grupo demográfico. A pesar de su mayor poder adquisitivo, los miembros de esta nueva clase media padecen muchos de los problemas de las clases desfavorecidas, como una alta tasa de criminalidad, unos servicios públicos de escasa calidad y corrupción generalizada”. Según los analistas de la casa francesa, si no se gestionan adecuadamente, estas revueltas podrían acabar teniendo serias implicaciones sobre la economía del país, como potenciales rebajas de la calificación de deuda soberana.

En Fidelity se muestran más optimistas y opinan que “las oportunidades abundan, tanto en los mercados emergentes como en las ‘saturadas’ economías desarrolladas”, aunque reconocen que factores como la calidad de la legislación y los reglamentos, la calidad de la supervisión y la calidad del gobierno corporativo tendrán una influencia creciente en el desarrollo de los países emergentes.