Index investing, algo más que un mito

Inigo_Bilbao_Goyoaga_05_2016
Iñigo Bilbao

Los que seguís mis artículos, aunque sea de vez en cuando, recordareis que ya comente en mis colaboraciones en la web de Funds People que estaba académicamente demostrado que en más del 80% de las ocasiones un portfolio diversificado superaba al concentrado en un periodo de 10 años. Todavía recuerdo la reunión en la que una vieja amiga y conocida de la industria me preguntó por el “Active Share” del fondo que le estaba presentando.

La verdad es que era una ratio más de los datos con los que trabajábamos en la gestora, pero desde que ella me lo pidió lo he ido siguiendo para ver si era un dato relevante. El active share mide cuanto se separa el fondo del índice, concretamente te dice el porcentaje de acciones o bonos que son diferentes del benchmarck o índice de referencia. Hay gente que opina que cuanto más elevado sea ese porcentaje puede predecir lo bien que lo va a hacer ese fondo, algo que no es necesariamente así, pero si puede ocurrir que algunos selectores lo evalúen con importancia en sus criterios para elegir fondos.

Es evidente que cada cocinero tiene sus secretos y en la selección de fondos ocurre lo mismo, cada uno de los interlocutores y selectores de la industria que conozco, da una importancia diferente al conjunto de datos que las gestoras aportamos. Recientemente he tenido acceso a un documento académico que desmitifica el active share, indicando que cuanto más se acerque el portfolio construido al índice de referencia, más probabilidades tiene de superar al benchmark en un periodo de 10 años. Volvemos a encontrarnos con cifras parecidas a las que suelo manejar en la gestión pasiva.

En un 80% de los casos estudiados, los fondos con menor active share (fondos pasivos o indexados) superaban a los de mayor active share en el largo plazo. Una de las principales razones para que el resultado del estudio fuese negativo hacia un mayor active share, es que las gestoras que más se alejaban del benchmark creían que por ello podían ser más caras y cobrar más comisión de gestión y lo que ocurría es que a 10 años vista, las comisiones se comían gran parte del performance cuando se comparaba estos fondos con la gestión pasiva. La conclusión a la que llego es doble. Por un lado, hay que relativizar la ratio de active share y verla como una más de las ratios que aportamos las gestoras, y por otro no pensar que porque la active share ratio de un fondo sea elevada, el fondo pueda permitirse ser más caro, ya que la comisión afecta directamente al rendimiento neto del fondo y se nota mucho a diez años vista.