Impacto del nuevo marco fiscal en la tributación de los ETF

Congreso
Carlos M Gonzalez (raw), Flickr, Creative Commons

Los ETF tributan como acciones. “Desde el punto de vista del inversor minorista, no existe ninguna duda: la fiscalidad es la misma”, asegura Fernando Luque, analista de Morningstar. El Proyecto de Ley que se tramita en el Parlamento, por el que se adoptan diversas medidas tributarias dirigidas a la consolidación de las finanzas públicas y el impulso de la actividad económica, no debe confundir al inversor de largo plazo, que debe tener claro que la fiscalidad para todas las ganancias y pérdidas de patrimonio con más de 12 meses de antigüedad seguirán como hasta ahora. Esto es: se incluirán en la base del ahorro del IRPF y tributarán según una escala con tres tipos impositivos, del 21%, del 25% y del 27%. De este modo, la nueva norma –que está en fase de enmiendas y cuya entrada en vigor se prevé para el próximo 1 de enero– señala que la tributación para el que compre un ETF y lo mantenga durante más de un año no varía.

Según publica Expansión, las novedades vendrían para aquellos inversores que compren y vendan en un periodo inferior a 12 meses. En concreto, el Proyecto de Ley contempla que todas las ganancias y pérdidas de patrimonio con menos de un año se incluyan en la base general del IRPF, tributando al tipo marginal del contribuyente. Para los que estén en los tramos más altos del IRPF –superiores al 27%– la medida supone un mayor gravamen para sus ganancias, si bien en el caso de las pérdidas se abre la posibilidad hasta ahora vedada de poderlas compensar con ingresos que también estén en la base general del IRPF, como por ejemplo los salarios o los ingresos de una actividad empresarial. Cabe reseñar que todo ello se recoge en un Proyecto de Ley que todavía está en fase de enmiendas en el Congreso de los Diputados y que, por consiguiente, podría registrar modificaciones.

Tradicionalmente, los ETF han sido utilizados por los inversores para posicionarse puntualmente en un determinado índice. Al cotizar como una acción, estos productos les permiten entrar y salir en cualquier clase de activo y mercado, de manera inmediata y con liquidez intradiaria, lo que hacía que el inversor los comprase y vendiese en un periodo relativamente corto de tiempo para así poder aprovechar tácticamente las oportunidades que fuesen surgiendo. Sin embargo, esto podría estar cambiando. Según Iván Pascual, director de Ventas de iShares en Iberia, cada vez un mayor número de inversores utilizan estos productos como vehículos de inversión de largo plazo. De acuerdo con sus cálculos, el porcentaje de los que mantienen el ETF durante más de un año alcanza el 50%. Para los que adopten una estrategia de este tipo, la tributación seguirá siendo la misma.

Juan San Pío, responsable de Ventas Institucionales de Lyxor para Iberia y América Latina, considera que “la filosofía de los ETF se ajusta más a una inversión a medio-largo plazo que una a corto o con un carácter más especulativo”. En su opinión, los fondos cotizados son productos muy eficientes para hacer una cartera a largo plazo, debido a que permiten posicionarse en cualquier mercado de activos de una manera diversificada”. En este sentido, San Pío entiende que si el Gobierno opta finalmente por favorecer fiscalmente las inversiones a largo plazo frente a otras, “también beneficiarían a los que apuestan por los ETF como lo que son: fondos de inversión con ventajas adicionales al cotizar las participaciones en mercados organizados”, asegura.