Imantia dibuja un escenario positivo para los mercados en 2020 sin olvidar los riesgos de recesión

Visión, perspectivas, pronósticos
John Towner, Unsplash

En términos generales, las perspectivas de Imantia Capital para el año que viene son halagüeñas: espera que los mercados financieros tengan una tendencia moderadamente positiva sin olvidar los temores a una recesión global. En ese sentido, la guerra comercial entre China y Estados Unidos y las elecciones americanas serán claves en su evolución.

Su escenario central viene marcado por los siguientes factores. Por un lado, por el menor crecimiento económico, puesto que se ha iniciado "una fase de desaceleración leve, con riesgo a la baja por la ausencia de palancas alternativas de crecimiento", consideran desde la entidad. A nivel de políticas económicas, creen que se mantendrán los tipos bajos y la liquidez abundante a la espera de nuevos datos y una redefinición de sus objetivos. Y señalan a la política fiscal como opción contingente que puede ser un elemento clave en el año 2020.

A nivel global, la posibilidad de que los PMIs, como indicador clave del ciclo macroeconómico, se encuentren en zonas de mínimos y comiencen a repuntar en el primer trimestre de 2020 puede impulsar a los mercados de renta variable a cotas más elevadas, explican. Eso sí, no esperan un deterioro significativo del consumo privado mientras no haya un traslado de la debilidad del sector manufacturero al mercado laboral. Y afirman que la expectativa de nuevas medidas de política fiscal expansiva podría ser un impulso adicional a la actividad.

Por regiones, pronostican una moderación en el crecimiento chino a lo largo de 2020. En política monetaria, creen que podría tomar decisiones hacia una mayor expansión en precios y cantidades (sin dejar de lado la precaución con el crecimiento del shadow banking). Por su parte, en Estados Unidos las elecciones serán el principal driver del año. Desde Imantia apuntan a la necesidad de llegar a acuerdos comerciales que tiene Donald Trump para su reelección, y señalan este como factor que moverá los mercados. 

Construcción de las carteras

En renta fija, les gusta la deuda pública americana, apoyados en que la Reserva Federal no subirá tipos en año electoral y podría realizar bajadas si el entorno se deteriora. También citan la deuda investment grade en euros, apoyada en el programa de compras del BCE, que seguirá soportando la deuda corporativa con buenos fundamentales. Dentro de la deuda pública europea, creen que la deuda italiana sigue ofreciendo una prima adicional que representa una oportunidad para aprovechar rangos. En cuanto a la deuda subordinada, consideran que la búsqueda de yield junto a la estabilidad regulatoria permitirán que continúe la entrada de flujos en este activo.

Con respecto a las bolsas, señalan la renta variable europea por la mejora de los indicadores macroeconómicos, el Yield actual de los bonos, el diferencial positivo de la rentabilidad por dividendo frente a los bonos, las revisiones de BPA en mínimos y los flujos de entrada. A nivel sectorial, piensan que el financiero es uno de los más atractivos para el próximo año, después de haber sido uno de los peores sectores de 2019 por la debilidad de los datos macro, los riesgos geopolíticos y los bajos niveles de tipos de interés. Todo ello hace que esté en "niveles muy baratos respecto a su PER medio histórico", arguyen.

En cuanto al sector industrial, los BPA del sector han estado mejorando a lo largo del año en relativo al resto de sectores. "Una mejora de la actividad manufacturera global y un previsible aumento de la inversión por parte de las empresas pueden favorecer al sector", explican. Sin olvidar el sector energía, en el que observan potencial al tener unos balances saneados sobre todo por el estricto control de costes, el intenso control del capex, una caída del precio de breakeven del petróleo y una rentabilidad por dividendo superior al 5%.