Ignacio Perea (Tressis): "La gama de multiactivos va a ir siendo sostenible gradualmente ”

Ignacio Perea Tressis
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La gama de multiactivos de Tressis se inspira en los vientos. “El viento no es bueno o malo, lo importante es donde te lleva”, señala Ignacio Perea, director de Inversiones de la sociedad de valores. Una entidad que utiliza este concepto para explicar su gama de multiactivos diferenciados por el nivel de riesgo de cada uno.

“Sabemos que es muy difícil intentar preservar capital en todos los perfiles y somos muy disciplinados con cada uno de ellos”, destaca Perea. A los históricos Harmatán Cartera Conservadora, Mistral Cartera Equilibrada y Bóreas Cartera Crecimiento, con un peso medio del 20%, 50% y 85% en renta variable, respectivamente, la firma añadió hace dos años su perfilado ISR, el Alisio Cartera Sostenible ISR. Este último, tienen una posición estratégica del 35%. 

Entre todos ellos suman más de 270 millones de patrimonio, un 70% más que hace un año (algo más de 110 millones). En torno al 35% se concentra en el perfil sostenible. 

La idea, confirma el director de Inversiones, es que “la gama de vientos acabe siendo sostenible gradualmente ”. Según Perea, “lo sostenible no debería estar a parte de lo tradicional, es algo transversal”. Eso sí, siempre teniendo en cuenta que, en este caso, su mandato es ganar dinero y no la filantropía.

Desde 2018, año del lanzamiento del último producto perfilado, ya aplican la misma filosofía de inversión en todos los perfiles de la casa. En el caso de Harmatán, Mistral y Bóreas lo que hacen es “dar prioridad a ideas sostenibles que ofrecen más rentabilidad que otros fondos comparables”. Esta aproximación ha dado buenos resultados en los últimos años en mercados como los emergentes o en varias categorías de renta variable, donde el peso del growth de las compañías que forman parte de los fondos ISR ha funcionado mejor.

En todos los fondos de la gama, antes de introducir cualquier producto en la cartera, lo primero que miran es que sea comparable a alguno de los nueve índices de referencia que utilizan. Después, clasifican entre gestión pasiva y activa. Finalmente, miran si se trata de una gestión tradicional o si aporta algo en materia de inversión responsable (criterios excluyentes o mejor de su categoría), inversión sostenible (ideas tipo igualdad de género) o inversión de impacto (tienen menos peso). Posteriormente, todos entran en el proceso de selección cuantitativo.

Pasiva o activa

Se declaran agnósticos en cuanto a la gestión pasiva o activa. Por ejemplo, en renta variable americana, siempre utilizan fondos pasivos porque bajan el coste de construcción de la cartera. Algo que no ocurre en la renta variable europea. “El índice no está tan diversificado y la pasiva cuesta mucho más que en EE.UU”, contextualiza. Para emergentes suelen recurrir a la gestión activa y en Japón a la pasiva.

En términos generales, hay una parte estructural de la cartera en gestión pasiva para dar menor rotación a la cartera. “Antes éramos demasiado tácticos”, indica Perea.

Su aproximación a la bolsa es global, de ahí que EE.UU pese la mitad de su exposición a bolsa. “La renta variable que no está denominada en euros la tenemos en divisa sin cubrir ya que a largo plazo es muy difícil acertar con la divisa”, apunta.

En renta fija mantiene un enfoque conservador. Gran parte de las carteras se centra en renta fija a corto plazo en posiciones sólidas y con poca volatilidad. Además, en las carteras conservadoras introducen algo de oro porque “funciona muy bien la combinación y a largo plazo da mucha estabilidad”.

El debate de renta fija a través de vehículos de gestión pasiva o activa lo resuelven con fondos con tracking error bajo. “Los ETF no son tan intuitivos, estos fondos dan más direccionalidad y flexibilidad”, afirma. La deuda emergente y americana prefieren jugarla a través de fondos globales de renta fija.  

Por otro lado, desde hace tiempo han eliminado los fondos mixtos de las carteras con el objetivo de conservar su posicionamiento estratégico de asignación de activos. En gestión alternativa tienen algunas ideas con muy poca volatilidad y algunos fondos long short.

Entre ellos, un fondo inmobiliario de REIT europeo por su buen retorno y menor volatilidad. Otras apuestas estratégicas de las carteras son su apuesta por el consumo global e ideas sostenibles.