Ideas de Inversión: Construcción de Carteras Adaptativas vs Tradicionales

rojo - noticia
Joel Filipe (Unsplash)

Descargar Nota en PDF

El concepto “Diversificación Adaptativa”, en el que nos apoyamos para construir la cartera de Gestión del Ciclo FI, tiene su origen en la búsqueda de respuestas a dos preguntas que nos hemos encontrado frecuentemente en los últimos años.

La primera pregunta está relacionada con la gestión del riesgo ¿Cómo construir una cartera que tenga alta probabilidad de sobrevivir ante cualquier escenario económico-financiero? Y la segunda con el retorno de las inversiones ¿Cómo capturar la rentabilidad de los activos a lo largo de un ciclo completo de inversión? 

Los diferentes análisis que hemos cruzado para intentar dar respuesta a estas cuestiones nos han llevado a las siguientes conclusiones. Para sobrevivir, diversifica las inversiones. Una cartera con fuentes de rentabilidad diversificadas, y riesgos con bajo grado de correlación, ayudará al objetivo de obtener retornos consistentes y evitar fuertes drawdowns en fases recesivas y episodios de estrés financiero. Por otra parte, una vez identificadas las diferentes fuentes de rentabilidad y focos de riesgo, es importante adaptar los pesos de cada uno de ellos a la fase del ciclo económico y las valoraciones relativas de cada alternativa. Y así llegamos a la segunda respuesta: para capturar rentabilidad a lo largo de un ciclo completo, adapta la cartera. En resumen, diversifica para sobrevivir y adáptate para ganar (ver útima presentación de Gestión del Ciclo FI).

Y en esta propuesta de diversificar + adaptar es en la que vamos a profundizar con un ejemplo práctico. El punto de partida es la siguiente lista de alternativas de inversión que medimos con los siguientes índices:

• Liquidez: índices AFI de fondos de inversión monetario euro.

• Deuda Pública: índices AFI de fondos de inversión Deuda euro.

• Indexados a la inflación: S&P Global Developed Sovereign Inflation-Linked Bond

• RF Privada: índices AFI de fondos de inversión RF Privada (IG y HY).

• RF Emergente: índices AFI de fondos de inversión en deuda emergente

• Materias primas: Dow Jones Commodity Index.

• Oro: cotización de la onza de oro en dólares.

• Inmobiliario: S&P Global REIT.

• Renta variable (DM + EM): índices MSCI.

Con estas nueve alternativas de inversión vamos a construir 4 carteras: 

1. Cartera “tradicional” (T): 40% en deuda pública y una 60% de renta variable.

2. Cartera moderada (M): ampliamos el universo de inversión incluyendo renta fija privada y liquidez. La composición sería la siguiente: 40% renta variable, 30% deuda pública, 20% renta fija privada y 10% liquidez.

3. Cartera equiponderada (EW): invierte en todas las alternativa de inversión (9), asignando el mismo peso a cada una de ellas (100% / 9 = 11,1%).

4. Diversificación adaptativa (DA): también invierte a lo largo de todas las alternativas de inversión, pero los pesos no están equiponderados. El peso que se asigna a cada alternativa es el resultado de analizar la posición en el ciclo económico global (crecimiento), las presiones sobre precios (inflación) y las valoraciones relativas de los activos. Más detalles en el anexo.

 

En el gráfico 1 contrastamos los resultados de cada una de las carteras (rentabilidad y riesgo en la ventana 2005/2014) con una frontera que construimos a partir de carteras con diferentes pesos en liquidez y renta variable. En el extremo más conservador de la frontera está una cartera 100% en liquidez, y en el extremo más arriesgado una cartera 100% en renta variable. Destacamos:

• Las 4 carteras se sitúan por encima de la frontera de las posibles combinaciones Liquidez/Renta Variable. Son carteras, por lo tanto, más eficientes: ofrecen más rentabilidad por unidad de riesgo que soportan. Por ejemplo, la cartera tradicional (60%RV + 40% RF) presenta un 5,08% TAE con una volatilidad del 9,48%. Si vamos a la frontera observamos que para una volatilidad del 9,48% la rentabilidad asociada es del 4,5%.

• La diversificación proporciona carteras todavía más eficientes. Las carteras que invierten en todas las alternativas de inversión, Diversificación Adaptativa (DA) y Equiponderada (EW), ofrecen una mayor rentabilidad por unidad de riesgo (más desplazadas por encima de la frontera liquidez / RV)

• Y la adaptación mejora la diversificación equiponderada. La cartera DA ofrece una rentabilidad del 5,52% con una volatilidad del 5,70% (Sharpe del 0,97 = 5,52% / 5,70%), mientras que la cartera EW presenta una rentabilidad del 5,43% con un riesgo del 6,7% (Sharpe=0,81). Asignar pesos con la metodología de la Diversificación Adaptativa ayuda a reducir la volatilidad e incrementar la TAE.

 

 

Cuando profundizamos en el análisis rentabilidad / riesgo de cada una de las carteras también encontramos a la Diversificación Adaptativa como la mejor alternativa: 

1. Menor drawdown (caída desde máximos) que favorece a recuperar máximos previos con una mayor rapidez. En el gráfico 3 están los drawdowns de cada cartera en los últimos 10 años. Los mayores drawdowns fueron las caídas desde los máximos de 2008, que ascendieron al -15% en la cartera DA, -20% en las carteras M y EW, y del -35% en la cartera T.

2. Más, y mejor, rentabilidad. La cartera DA es la que acumula una mayor rentabilidad en el período analizado, con una TAE del 5,52%. También es la cartera que ofrece una mayor ratio de Sharpe (0,97).

3. Menor riesgo, tanto en términos de volatilidad como de probabilidad de incurrir en pérdidas en una ventana móvil de 12 meses. Al analizar las rentabilidades de las carteras en ventana móvil de 12 meses encontramos que la probabilidad de que un inversor incurra en pérdidas en ese horizonte es del 16% en la cartera DA. Mucho menor que en cartera EW (21%), M (24%) o T (25%).

 

 

ANEXO

En la rentabilidad a largo plazo de los activos financieros encontramos tres variables que juegan un papel destacado: (1) crecimiento económico, (2) inflación y (3) valoración de los activos. Estas tres variables son las que aportan una mayor información, y más consistente, a la hora de explicar los retornos que ofrecen los principales activos financieros.

Un adecuado seguimiento y análisis de la información adelantada de ciclo económico y estabilidad de precios servirá de gran ayuda a la hora de identificar en qué fase del ciclo nos encontramos y, por tanto, asignar los pesos correspondientes a cada alternativa de inversión. También monitorizar las valoraciones relativas de los diferentes asset class, y el sentimiento de los inversores, aportará información relevante para un diseño correcto de la cartera.

Analizamos más de 50 indicadores adelantados de crecimiento, inflación y diferentes medidas de valoración y sentimiento. El objetivo es tener un mapa mensual donde situar la fase del ciclo en el que se encuentran los principales bloques económicos. Identificamos 4 fases, tanto en crecimiento como en inflación, que dan como resultado 16 posibles combinaciones. Para cada una de ellas asignamos una cartera modelo. En la siguiente tabla presentamos la cartera modelo o de referencia para un escenario de crecimiento en expansión e inflación desacelerando. Cada combinación tendrá una cartera diferente y, además, se matizará por las lecturas que presente nuestra herramienta de valoración/sentimiento (GdC Tactical Asset Allocation).

La cartera DA que se presenta en este documento está construida a partir del seguimiento del vector Global en el mapa de crecimiento e inflación. Para el diseño de la cartera de GESTIÓN DEL CICLO FI, además del vector Global, también se tiene en cuenta la información de los vectores de EEUU, Área euro, Emergentes y Reino Unido.