“Hungría provocará un impacto negativo en las carteras de deuda emergente”

Aunque parece que el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ha cedido a las presiones y renuncia a su propuesta de integrar el Banco Central de Hungría con una nueva entidad emisora, la actitud mantenida hasta ahora por Budapest podría tener consecuencias. Al menos así lo cree Anthony Gillham, gestor de carteras de Skandia Investment Group, quien en un artículo de opinión asegura que “el hecho de que Hungría haya acaparado en las últimas fechas los titulares de los periódicos podría tener un impacto negativo en la cartera de los inversores que mantienen una exposición a deuda emergente europea”.  

 

Las posiciones enfrentadas que mantiene el Gobierno de Orbán con la Unión Europea han culminado con subastas de deuda húngara en la que los inversores exigieron rendimientos de alrededor del 10%. Y eso a pesar de que el superávit primario y la posición de liquidez que mantiene actualmente el país parecen suficientemente robustos en comparación con el de otros países europeos, asegura Gillham. Sin embargo, en su opinión, el hecho de que Hungría se esté viendo forzada a pagar unos intereses por colocar su deuda tan elevados amenaza con hacer descarriar la economía del país.