Henderson: “Japón tiene varias grandes batallas pendientes que librar”

Japón tiene varias grandes batallas pendientes. La principal de todas ellas es una fuerza laboral cada vez menor, y unos 20 años de estancamiento económico con una deflación persistente. Los datos oficiales del gobierno muestran que cerca del 25% de la población tiene ahora más de 65. Como consecuencia de ello, el ejecutivo tiene que hacer frente a una disminución de la fuerza laboral y de los ingresos fiscales, mientras que al mismo tiempo debe lidiar con un fuerte aumento en el bienestar y del gasto sanitario. Pero, en Henderson Global Investors creen que hay algunas razones para el optimismo.

Como se reduce la población en edad de trabajar, el paso lógico sería garantizar a los ancianos seguir participando en el mercado laboral. Mientras que la fuerza de trabajo japonesa (15-64 años) se va a ver reducida casi a la mitad en el año 2060, muchos japoneses están decididos a trabajar más allá de los 60 años y están dispuestos a asumir recortes salariales para hacerlo.

La edad de jubilación de Japón ha ido aumentando poco a poco, hasta los 65 el año pasado. El Estado se ha vuelto más estricto y se ha propuesto dar oportunidades a aquellas personas que deseen trabajar hasta esa edad. El fabricante de equipos de construcción Komatsu ha hecho recontrataciones de alrededor el 90% de los trabajadores que entraban en edad de jubilación, a menudo con una reducción salarial del orden del 40%. Las autoridades también han mejorado el intercambio de información con las agencias de empleo privadas.

Demográficamente, los mayores tienden a tener un nivel relativamente alto de ahorro. Durante los últimos 20 años, estos ahorros se han encerrado en cuentas bancarias durante el periodo de estancamiento de Japón. Dado que el gobierno se comprometió a reflotar la actividad, la posibilidad de ver aumentar los precios de los activos debería hacer que al menos una parte de esos ahorros vayan en busca de activos que ofrezcan una mayor rentabilidad. Además, algunos estudios muestran que mientras que las personas mayores tienden a gastar más, aquellos en edad de trabajar aumentan el ahorro, lo que significa que la tasa de ahorro subyacente de Japón es relativamente estable.

En el frente político, las políticas económicas reflacionarias del primer ministro Shinzo Abe y el Banco de Japón para superar la deflación han impulsado a los mercados financieros de Japón, con una subida del precios de los activos y un debilitamiento del yen. Estos esfuerzos para reactivar la economía ya están dando resultados. En este sentido, las expectativas de inflación han comenzado a aumentar.

“Aunque todavía es pronto, un ligero cambio en la percepción de la persistente deflación hacia una inflación moderada podría tener un impacto positivo muy significativo en la actividad económica. Esto es exactamente el deseo de las autoridades para que la economía de Japón se ponga de nuevo en marcha, y que resulta esencial para un crecimiento sostenible en los precios de los activos”, explican.