“Hemos introducido un sesgo más defensivo en las carteras al prever una corrección"

"Tras haber empezado el año concediéndole a los activos de renta variable un mayor peso en las carteras, es momento de adoptar un posicionamiento más defensivo ante la perspectiva de que se produzca una corrección del mercado a corto plazo que podría ser de entre el 6% y el 8%". Así lo asegura Manuel Arroyo, director de estrategia de J.P.Morgan Asset Management para España y Portugal, quien sin embargo reconoce seguir manteniendo una visión optimista sobre esta clase de activos.

 

En una presentación sobre perspectivas, Arroyo considera que “el rally bursátil experimentado por los mercados de renta variable ha entrado en una fase más madura, por lo que cualquier excusa es buena para que se produzca una corrección”, lo cuál no significa que esto suponga un cambio de tendencia ya que, en su opinión, “existen muchos inversores fuera de la renta variable que están esperando a un movimiento de este tipo para tomar posiciones”. En este sentido, Estados Unidos, los países de Europa central y los BRIC son, tal y como reconoce el director de estrategia, sus mercados favoritos.

 

En su opinión, varios son los factores que han favorecido el buen comportamiento de la renta variable en 2012. En primer lugar, Arroyo destaca unas subastas del BCE “que han tenido un efecto balsámico en el mercado, que han disipado el riesgo de quiebra de alguna entidad financiera que pudiese estar atravesando problemas de liquidez y que, en el caso de la segunda operación aprobada por la autoridad monetaria, esperamos que llegue en forma de crédito al consumidor”.

 

No ha sido el único catalizador. Unos datos macroeconómicos mejor de lo esperado –sobre todo en lo que respecta a unas mejores cifras de empleo en Estados Unidos que deberían derivar en un mayor consumo- y la percepción de que se ha evitado una quiebra desordenada de Grecia también han contribuido a impulsar las cotizaciones. “Aunque todas estas medidas son positivas a corto plazo, no resuelven el problema de fondo, sino que suponen un mero aplazamiento del mismo”, señala Arroyo.

 

Pone como ejemplo el hecho de que Estados Unidos esté creciendo a base de una política monetaria muy expansiva, aplazando por completo el programa de reducción de deuda y déficit hasta después de las elecciones presidenciales que celebrará el país en noviembre. “De igual modo que no podemos descartar nuevas inyecciones de liquidez por parte del BCE o ayudas extra a Grecia, tampoco desechamos la posibilidad de que podamos asistir al tercer programa de flexibilización cuantitativa en Estados Unidos en el caso de que se aprecie un deterioro de la actividad”, opción que, no obstante, reconoce que ha perdido fuerza.

 

Lo que sí parece claro es, según el director de estrategia de J.P.Morgan AM, que Grecia y los países periféricos continuarán siendo foco de incertidumbre y volatilidad. De hecho, uno de los países que podría acaparar más titulares durante los próximos meses sería Portugal, indica. En el caso de España, Arroyo cree que, aunque las medidas de austeridad implementadas por el actual Gobierno tendrán a corto plazo un evidente efecto negativo en el crecimiento, “van en la dirección adecuada y terminarán teniendo un efecto positivo en su economía a largo plazo”.

 

Estrategia en renta fija y materias primas

 

Las oportunidades de inversión no sólo están en el mercado de renta variable. Arroyo también se muestra especialmente positivo respecto al crédito, sobre todo en activos de high yield por debajo de la triple B. “Actualmente, las tasas de default se encuentran en niveles mínimos en tanto que muchas empresas presentan unos balances sólidos, lo que reviste a esta categoría de un elevado atractivo”, asegura.

 

En lo que respecta a la deuda pública, Arroyo ve interesante la deuda de gobiernos emergentes emitida en moneda local ante lo que suponen “unas valoraciones que nos siguen gustando”. Menos atractiva le resulta la inversión en deuda soberana de los desarrollados que califica de cara, “si bien existen algunas oportunidades muy puntuales en los mercados periféricos”, afirma.

 

Dentro del mercado de materias primas, el director de estrategia de J.P.Morgan AM recomienda una cartera diversificada frente a la inversión en una única clase de activo, una exposición que suele aportar valor añadido dada su baja correlación con el resto de mercados. Del mismo modo, su apuesta en divisas se centra fundamentalmente en mantenerse largo en el dólar.