Hay un universo paralelo de paz. Y está en Benidorm

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Joel Filipe (Unsplash)

"¿Hay algo, como contracturas u operaciones recientes, que debamos saber?", pregunta una amable recepcionista mientras tiende una enorme camiseta y unos pantalones en los que podría caber la pata de un elefante. Ante la negativa, muestra unos vestuarios. "Pueden dejar su ropa en la taquilla y salir por la otra puerta", explica. Es el preámbulo a un masaje tailandés, conocido por algunos como yoga para vagos. Y también el tratamiento estrella de Thai Spa, el centro de bienestar de Asia Gardens, un complejo de lujo de Barceló que lleva pocos meses abierto en Benidorm.

A partir de ese momento, creer estar en un universo paralelo de paz es casi inevitable: la música tenue, las masajistas -todas formadas en el centro más prestigioso de Bangkok-, un delicioso té casi en plena naturaleza... No es una sensación nueva. Se adquiere en el mismo momento en el que se cruzan las puertas del hotel. Y es que Asia Gardens cuenta con siete piscinas, dos de ellas climatizadas, de efecto infinito rodeadas de camas balinesas. En una de ellas, incluso, se suelta vapor aromático cada cierto tiempo. También tiene jardines con plantas preciosas, más de 100.000 variedades, entre los que no importa nada perderse. Y una decoración exquisita en habitaciones y espacios comunes, entre otras cosas. Sólo se cae en la cuenta de la cercanía de Benidorm, la cuna del turismo de masas y de los guiris pasados de copas, al asomarse a una terraza próxima a la recepción.

El único punto flaco es el gastronómico: la relación calidad-precio del variado buffet es mucho mejor que la de Koh Samui, el restaurante asiático a la carta del complejo. El director del hotel me explica que uno de los ejes de la filosofía del resort es tener a pocas horas en coche lo mismo que se puede encontrar a muchas de avión: un lugar exótico, apacible y del que salgas nuevo. Y yo creo que lo han conseguido.