“Hay que preguntarse si un sector ofrece valor y buscar sus mejores valores”

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Foto cedida

El análisis es la piedra angular de su negocio. En 2011, destinaron 70 millones de dólares a esta actividad, contando con uno de los sistemas de rating propietario más antiguos de EEUU. El peso que tiene la actividad de análisis en Loomis Sayles queda patente con los 129 profesionales que realizan esta actividad en la firma, el 62% de su plantilla total.

Loomis Sayles, gestora fundada en 1926 en Boston y que forma parte del grupo Natixis Global Asset Management, administraba más de 172.000 millones de dólares a 31 de marzo de 2012. Con un estilo de gestión activa, combina un modelo de selección de valores con un análisis macro y de mercado. Las carteras se construyen por pequeños equipos de gestores apoyados por un amplio equipo de analistas.

“Analizamos 81 países y 1.076 compañías de todo el mundo. Además, realizamos el análisis de 284 prestamos bancarios”, explica Elaine Stokes, que forma parte del equipo de fondos de High Yield Global Flexible Bond. “Dentro de los mercados de crédito, consideramos fundamental realizar una valoración de cada industria y estimar el comportamiento futuro de cada compañía dentro de su sector. Al analizar cada compañía, buscamos las que creemos que son las mejores oportunidades por estructura de capital”, explica.

Al analizar la deuda soberana en cartera, tienen el objetivo de anticiparse entre 12 y 18 meses a los cambios de las agencias de rating. Por ello, calculan curvas de tipos para los diferentes países emisores teniendo en cuenta sus motores económicos, su política monetaria y fiscal, junto a otros elementos como las reservas de divisas, las estructuras de vencimiento de su deuda pública y privada, y sus proyecciones en las balanzas comerciales de sus distintos países.

Ese análisis es la piedra angular de un proceso de inversión que sigue tres pasos: se inicia con un proceso de inversión macro en el que se define la visión general y de cada uno de los sectores, estableciendo los temas de inversión a largo plazo y los objetivos en cada uno de los sectores; en segundo lugar, se construye la cartera con las mejores ideas y valores que puedan aportar alfa y, en tercer lugar, se realiza una gestión del riesgo de la cartera, con el análisis de los distintos escenarios y de la volatilidad. “En todo el proceso siempre están presentes dos preguntas: si el sector representa una inversión de valor y qué títulos son más atractivos en ese sector”, explica Elaine Stokes.

Loomis Sayles Multisector Income Fund y Loomis Sayles High Income Fund

El estilo de gestión flexible de la gestora Loomis Sayles queda patente en dos de sus productos de renta fija con un significativo peso de bonos de alta rentabilidad. En el caso del Loomis Sayles Multisector Income Fund han buscado un producto con una baja correlación con los mercados de bonos y de acciones. El fondo invierte principalmente en emisiones de compañías de EEUU o del Gobierno de este país. Debido a su estilo flexible, puede invertir hasta un 20% fuera de EEUU. Además, hasta un 35% puede estar en emisiones por debajo del grado de inversión.

La flexibilidad del producto ha quedado patente en los diez últimos años. Así, el peso de los bonos de alta rentabilidad en cartera ha oscilado entre el 13% y 33% en ese periodo. A diciembre de 2011, tenía un 25% de la cartera en esas emisiones. Mientras, las emisiones donde se ha reducido más el peso respecto a los diez últimos años son las del tesoro estadounidense y la liquidez. El Loomis Sayles Multisector Income Fund acumula una rentabilidad anual del 8,44% desde su lanzamiento en 1998. El único año en negativo fue 2008, con una caída del 24,1%. Entre marzo de 2011 y de 2012, los activos que ofrecieron la mayor rentabilidad al fondo fueron las emisiones de las agencias de EEUU y del sector financiero.

Por su parte, el Loomis Sayles High Income Fund invierte fundamentalmente en emisiones de renta fija de EEUU por debajo del grado de inversión, con la posibilidad de tener hasta un 20% en renta variable. El peso de los bonos de alta rentabilidad en los diez últimos años osciló entre el 34% y el 62%. En diciembre de 2011, estos títulos representaban el 55% de la cartera, lo que muestra el interés que están ofreciendo en estos momentos estos activos. Los bonos convertibles también son otra parte importante de la cartera, con un 18% en diciembre pasado.

Desde su lanzamiento en 1999, acumula una rentabilidad anual del 8,09%. En todo ese tiempo, se enfrentó a dos años en negativo: en el 2000, con una caída del 0,11%, y en 2008, con un retroceso del 28,7%. Entre marzo de 2011 y de 2012, las emisiones con grado de inversión del sector financiero y las de bonos de alta rentabilidad de empresas de servicios públicos, junto a las emisiones de fuera de EEUU, contribuyeron más a la rentabilidad del fondo.