"¿Hay burbuja en la deuda emergente?", se pregunta Morningstar

La combinación de calidad de crédito, de rendimiento y el potencial de apreciación por el lado de las divisas puede que sea demasiado tentadora para ser ignorada. Sin embargo, los mercados emergentes no son invencibles como sus crecientes problemas lo demuestra. Ante esta situación, habría que preguntarse "si tiene sentido seguir apostando por un comportamiento estelar de la deuda emergente en el futuro" , comenta García-Zárate en su artículo.

De hecho, señala que el debilitamiento del crecimiento económico de los países emergentes durante el 2012 lleva a cuestionar el desacoplamiento virtuoso de estos mercados con respecto a sus homólogos desarrollados, del que tanto se ha hablado. "Una proporción significativa de los flujos de dinero dirigidos a los activos de mercados emergentes, en los últimos años, se ha basado en el supuesto de que estas economías ya habían llegado a una etapa en que la demanda interna era estructuralmente suficientemente fuerte como para asumir un papel clave como motor del crecimiento. Ahora estamos viendo que esto no era una propuesta fundada", explica.

Según el analista, estas deficiencias en el crecimiento interno resultan cada vez más evidentes por lo que, muy probablemente, los gobiernos se vean en la necesidad de concentrar sus esfuerzos en maximizar las exportaciones hacia los mercados desarrollados en un intento por mejorar la situación. Esto podría llevar a una depreciación agresiva de las divisas emergentes.

"El riesgo para los inversores invertidos en deuda emergente en moneda local, un segmento del mercado de deuda que ha experimentado un crecimiento significativo en los últimos años, sería obvio y las ventajas de un mayor rendimiento se verían compensadas por unos desfavorables tipos de cambio", señala García-Zárate.