¿Hasta dónde aguantará?

Kamil Molendys, Unsplash

Algunas de sus regiones, generalmente mas con inclinaciones de Repúblicas independientes que  de ser parte de una unidad, han salido abiertamente a pedir ayuda financiera. Las regiones están quebradas, y un gobierno central con muchos problemas, tienen que salir a darles la mano de alguna forma. Lío mayúsculo, pues aquí estamos escalando el problema de una forma diferente a la que se enfrentaba Grecia en su momento: las regiones parte de España piden ayuda, el país parte de la Eurozona lo terminará haciendo, y la Eurozona, cada vez más débil, necesita el apoyo del Fondo Monetario para funcionar. Es una escalada de problemas que crean el reto adicional de que el Gobierno de Madrid deberá obligar a los gobiernos regionales, algunos con una fuerte autonomía, a ajustarse; mientras que Europa obliga a España a ajustarse como un todo.
 
A pesar de los anuncios del presidente del BCE de hacer todo lo que sea necesario para defender la moneda única, la verdad es que eso poco ayuda a los países con problemas fiscales a mediano plazo. El BCE, como cualquier banco central, tiene la fuerte limitación de que sólo afecta la política monetaria, pero no decide la política fiscal, aquella que se encarga, casi exclusivamente, de balancear gastos e ingresos. A muchos gastos se necesitan muchos ingresos, pero los ingresos no pueden ser provenientes de la emisión monetaria, que sí es una potestad del banco central. Así si el ingreso luce insuficiente, los gastos deben recortarse. Esto último no lo puede hacer el BCE.
 
España se enfrenta al dilema de “demasiado grande para caer”, pero sabe que al tiempo esta es su ventaja: si lo dejan caer, creará muchos problemas globales, por lo que tiene una puerta que puede lucir cerrada, pero que estará abierta (con portero y alfombra incluida) tan pronto lo necesite. Sin embargo, cabe recordar lo que hemos dicho una y otra vez: los problemas de Europa no se solucionan inyectando dinero en un mes particular, pues los grandes vencimientos de la deuda se mantienen hasta 2014. Por lo cual la volatilidad extrema asociada a Europa se mantendrá por algunos buenos meses adicionales.
 
Mientras los grandes problemas pasan, España estará obligada a buscar la forma de recortar gastos y evitar que las altas tasas sigan afectando sus finanzas. Quizá si acepta la ayuda, podría ver disminuir el costo de su endeudamiento. Pero este solo es el primer paso para recomponerse y reinventarse.